Cultura y Sociedad

Bernardo Sánchez: “La San Juan es la calle de mi infancia y mi primera juventud”

Hay calles que marcan una vida: por su singularidad, por las vivencias, por el ambiente. En la vida del escritor y guionista riojano Bernardo Sánchez (Logroño, 1961) una calle tiene un especial significado: la San Juan. “Es la calle de mi infancia y de mi primera juventud”, reconoce. Lo cuenta el día que tiene ante sí el honor de pronunciar el pregón que abre las fiestas de San Juan en dicha calle.

Asegura que no está nervioso. “No, soy tranquilo. Lo único que me inquieta es lanzar el cohete recto, no he tirado nunca uno”, ríe. Pero, ¿qué hay detrás de su honor de ser pregonero de la San Juan? “Yo vivía en avenida Colón, pero pasaba mucho tiempo en casa de mi abuela Martina, que vivía en la San Juan con mi tía María Luisa. Ahí conviví con familia, primos, jugué…”, recuerda.

“No hice muchas trastadas”, sonríe, “me gustaba sobre todo observar, sentir cómo era la calle, acompañar a mi abuela a los distintos establecimientos que llenaban el entorno”. De eso poco queda en una de las rutas gastronómicas más típicas de Logroño. “Ha cambiado mucho la realidad de la San Juan, yo soy uno de los testigos de lo que fue el final de una calle gremial”.

Su emplazamiento urbano también es especial, como destaca Sánchez. “Una de sus singularidades es que se trata de un espacio intermedio: está ubicada entre el burgo antiguo -Casco Antiguo- y la zona del ensanche que comienza en El Espolón”.

Entre los recuerdos que le trae la calle San Juan también hay alguno triste: el del atentado de ETA en la calle Ollerías el 27 de noviembre de 1980. “Estaba en el cine club y lo oí. En casa de mi abuela entró metralla, en la puerta del baño estaban las marcas”, relata.

Con las fiestas de San Juan en ciernes le toca ser pregonero de “su calle”. “Estoy super agradecido y responsabilizado, me considero sanjuanista o sanjuanero, como queramos bautizarlo”, vuelve a reír. Aunque su vida no solo transcurrió en San Juan entre los 7-8 y los 18 años, también fue “donde viví recién casado, en una buhardilla de las antes, muy auténtica, como la San Juan”.

Está listo para lanzar el cohete… ¡Schhh! ¡Felices fiestas!

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