El Rioja

Hoy vendimiamos… la garnacha blanca de Valenciso

La garnacha blanca es una variedad minoritaria en Rioja que aporta peso y densidad a los blancos de Valenciso

Charlar con Carmen Enciso recorriendo su viñedo de garnacha blanca en Ollauri supone, para éste que se creía un sencillo periodista, un ejercicio de humildad. Porque con esta viticultora todo parece sencillo. Situar en veinte años un nuevo proyecto entre los mejores, llegar añada tras añada al corazoncito de las grandes prescriptores internacionales, hacer del suyo uno de los blancos más peculiares del mercado. Convertir, en definitiva, a su bodega en una de las referencias de la nueva Rioja. Todo parece sencillo…

Y no lo es. Nada ocurre porque sí, nada pasa por una conjunción de hechos que suceden al azar. Un gran vino nace por el trabajo bien hecho, el prestigio llega por la suma de muchos detalles. Y eso lo veo paseando con Carmen por el viñedo Antonio Arana –en honor al primer trabajador de Valenciso que se jubiló en la bodega-, donde crece su garnacha blanca, uno de los secretos de ese blanco tan personal que constituye con sus dos tintos y el rosado la oferta de la Compañía Bodeguera de Valenciso.

“La garnacha es una variedad minoritaria en Rioja”, me cuenta Carmen corquete en mano, que el respeto se gana con el ejemplo, “pero aporta un talante que complementa de maravilla a la viura dándole amplitud. Esta es algo más delicada, más plana en general, pero con matices interesantísimos cuando es una viura entrada en años y de calidad. La suma de ambas me parece sugestiva”.

Llega Luis Valentín y sale ese historiador vitivinícola que lleva dentro: “En todos estos viñedos viejos la garnacha se planta tras la filoxera porque el problema era tener vino, y esta variedad es dura, rústica, aguanta más respecto a otras. La garnacha blanca resulta más fácil de trabajar, es más fortachona, únicamente debes controlar el grado alcohólico en años cálidos. Nosotros cosechamos unos 3.000 kilos por hectárea al ser una viña vieja, pero éste si sacamos 1.000 kilos me quedo contento”.

“Lo que te da es mucho más peso en boca, conozco pocos vinos que me parezcan sutiles de esta variedad blanca. Son poderosos en todos los sentidos, sin esa acidez alta de la buena viura, aunque gracias al clima con influencia atlántica que tenemos en Ollauri llega con un punto de frescura perfecto. Los Priorato de garnacha blanca son vinos mucho más poderosos todavía. Nuestras garnachas dan fuerza con aromas más densos que los frutales de la viura. En nariz llega con recuerdos de flor blanca y aromáticamente aporta complejidad porque es profunda. Es un contrapeso interesante a la sutileza de la viura”.

La idea de elaborar blancos surgió en un viñedo de Villalba: “Cuando empezamos lo hicimos con unas viñas viejas de Villalba que las tenemos por el tinto, pero en cabeceras había cepas de blanco y nos lanzamos a la aventura. Andábamos algo perdidos y le pedimos ayuda a Dubourdieu, gracias maestro por todos tus consejos. Y luego ya hemos ido buscando viñedos siempre con garnacha blanca. Durante muchos años ha habido 140 hectáreas, aunque ahora debe estar por las 300. Y eso que en Rioja Alavesa creo que incluso ha bajado”. Y digo yo… ¿para qué está Internet? Concretamente la DOCa ampara 205 hectáreas de garnacha blanca, que suponen un exiguo 3,4% del total del viñedo de uva blanca.

Vuelve Carmen y matiza. “El Valenciso blanco es diferente porque tiene una boca muy especial que se debe a lo que yo llamo cremosidad. El 30% que lleva de garnacha aporta peso, el 70% de la viura sutileza y el roble le da ‘el toque’. El envejecimiento se hace en barricas del Cáucaso, una madera que respeta mucho la fruta. Este roble es de la misma variedad que el francés, pero ha crecido en otro entorno y el grano es más fino, con menor influencia. No es dominante y da un equilibrio notable. La madera la notas en boca, pero no quiere imponerse”. Los cómos y los porqués de un vino que no deja indiferente. ¿Sencillo?, no creo…

Al despedirme me dicen que Tim Atkin acaba de llegar a Valenciso en su tour anual por las grandes bodegas de Rioja, pero que si necesito algo más. Esa es la grandeza de estos dos viticultores, el turno del prestigioso crítico llegará cuando terminen con Nuevecuatrouno, no antes. ¿Qué puedo decir? Sólo me viene una palabra a la cabeza: gracias.

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