Sábado, pasadas las diez de la noche. Un tren estacionado en Tudela de Navarra con sus puertas abiertas. Dos jóvenes riojanas, que no saben si ese es el tren en el que debían subirse para llegar a Alfaro, donde las espera su madre. Ese ese el planteamiento inicial de una situación de lo más surrealista que se vivió el pasado fin de semana
Las chicas, de 13 y 17 años, decidieron que lo mejor para salir de dudas era subir al convoy y preguntarle al interventor, con la mala fortuna de que las puertas se cerraron porque el tren se disponía a iniciar la marcha. Y es ahí donde la adrenalina les provocó una mala pasada a estas dos alfareñas, que abrieron a la fuerza las puertas para bajarse del vagón.
No quedó ahí la temeridad de las pequeñas, pues -fruto de los nervios- cruzaron corriendo las vías de la estación hasta que el vigilante de seguridad les dio alcance y las retuvo hasta que llegó su madre, además de llamar a la Policía Local de la localidad navarra.
Aunque el episodio supuso un retraso de varios minutos en la salida del tren desde la estación de Tudela, todo quedó en un pequeño susto -y un gran escarmiento- para estas dos chicas, que a buen seguro la próxima vez se asegurarán de que el tren que está estacionado es el suyo antes de subirse a preguntar.
