“¿Quieres un caña?”. “No”. Y nadie te obliga a beberla en contra de tu voluntad. “¿Un bocata de lomo?”. “No”. Y nadie te obliga a comer sin ganas. “¿Un ‘piti’?”. “No, paso”. Y nadie obliga a fumar. Los días de fiestas son días de interacción, de conocer a gente, de relacionarse, de comer a destiempo, de beber un poco más de lo habitual… Pero en ningún caso son días en los que la palabra ‘no’ se convierte en ‘sí’.
Suena a obviedad que #NoEsNo, pero hay que seguir recordándolo a pesar de lo manido que está. Porque cuando los niveles de alcohol andan sin control un ‘no’ jamás debe hacerse ‘sí’ en contra de la opinión de nadie. Y si parece lógico que nadie obligue a fumar contra la voluntad, tanto lo es que no se obligue a alguien a mantener otro tipo de interacciones: relaciones, encuentros amorosos o simplemente tocamientos.
Porque una de las claves es tener en cuenta que el cuerpo de cada uno es exclusivamente suyo y nadie tiene potestad sobre él. Por eso, en nuestro chip interno tiene que entrar la idea de que con unos pantalones cortos, una minifalda o unos vaqueros hasta los pies, las agresiones sexuales no están justificadas.
En fiestas todo se multiplica: el número de personas, la tendencia al vacileo, las copas, las conversaciones en la calle, pero en ninguno de los casos un ‘no’ es ‘sí’. Por ello, si cualquier persona dice ‘no’ la situación es clara: #NoEsNo. Lo recuerda la campaña puesta en marcha por el Gobierno de La Rioja para las fiestas de nuestros municipios, pero se debe aplicar a todo el año y a cualquier situación. No es no.
Que terminen los festejos mateos con alegría y sobre todo con respeto, sin comportamientos dominantes y abusadores. Porque, una vez más, si alguien te dice ‘no’, nunca es ‘sí’. Y no hace falta que nadie lo grite a los cuatro vientos, con una negación de cabeza o una mano frente a tu cara para decir ‘para’, que también es no. #NoEsNo.
