La huerta es cautivadora. A algunos les llega tal fervor por vía sanguínea: de abuelos a padres y a hijos. En otros casos son flechazos a primera vista: sin apenas antecedentes florece la atracción. En la mítica calle Portales se dan cita, a primeros de septiembre, muchos de estos tipos de hortelanos. Y lo repiten desde hace nada menos que medio siglo, como atestiguan las 50 ediciones del Concurso Agrícola de La Rioja, celebrado este domingo y organizado por Fundación Caja Rioja y Bankia.
En dicho evento, por unas horas, la porticada calle de Logroño recupera el bullicio que antaño era habitual en los días de mercado y hoy se ha convertido en algo tan poco frecuente que hasta se celebra como una fiesta. El tiempo no pasa en balde. Tampoco lo hace en otros sentidos: cuando se puso en marcha el Concurso Agrícola de La Rioja asistieron cien hortelanos, cincuenta años después, catorce.
Tres generaciones de Agoncillo
Algunos de los que ya ejercían como agricultores cuando se lanzó el concurso este domingo también estaban presentes. Uno de ellos es Pelayo Zorzano, de Agoncillo. A sus 88 años, sentado en una silla, no pierde detalle: no está vendiendo, pero cuando alguien del público demanda algún precio de los productos y sus hijos no están cerca, él sale rápidamente en su ayuda. “Siempre he sido agricultor y ahora lo continúan mis sucesores”, reconoce con una sonrisa.
De un lado hacia el otro, sin parar, se mueven sus dos hijos: Álvaro, que se dedica al campo a tiempo completo, y César que echa una mano, pero no es su actividad principal. Junto a ellos está también Ainara, hija de este último, que a sus 15 años atiende al público con gran habilidad. “Llevo cuatro años ayudando de vez en cuando; me gusta”, admite, con cierta vergüenza, algo que no aparece cuando se trata de servir al público.
“Vendemos en mercados, en La Rioja, en Soria, incluso en otros lugares del Norte de España; tenemos de todo en la huerta y algo también de viña”, apunta Álvaro, que lleva dos décadas acudiendo a Concurso Agrícola. Si echa la vista atrás, asegura que “las cosas han cambiado mucho: de pequeño me tocó ir con mulas al campo, ahora vas en tractor y con aire acondicionado”.
Pero también han variado en otro aspecto: “Le damos la espalda a nuestros productos, como por ejemplo los pimientos. Siendo uno de los lugares donde mejor se crían, como ya no se pone en conserva, lo compran más en cualquier otro sitio que aquí”, concluye Álvaro.
La joven Ainara, tercera generación, que ha heredado la pasión por la actividad hortícola.
Fresas ‘made in La Rioja’
En el mundo de la producción agrícola hay quien opta por la pluralidad y otros por la especialización. Daniel Leza apostó por esta segunda opción y en estas dos últimas temporadas se ha dedicado al cultivo de la fresa. “Llevo siete años en la actividad agrícola pero antes con diferentes productos, ahora solo fresa: de la variedad típica de aquí, que es más pequeña aunque con mucho más sabor”, explica este joven de 30 años, ingeniero agrícola y que tiene su producción entre Lardero y Alberite .
“La fresa es un cultivo muy delicado, cualquier cuestión le afecta mucho, pero está funcionando bien”, reconoce el líder de la marca Rioja Fresa, mientras recuerda que “nada tienen que ver los plazos de nuestra campaña con las que vienen de Huelva, la nuestra es de primeros de junio a octubre”.
David Leza, en su puesto de Rioja Fresa.
Ecológicos, jóvenes, de Albelda y con venta online
Los dos hermanos Lafuente (David y Ana) lucen rizos. No hace falta ser adivino para encontrar sentido al nombre de su actividad: ‘La Huerta de Rizos’. Esta pareja de jóvenes, de Albelda, repite en el Concurso Agrícola, tras estrenarse al año pasado. “Comenzamos con la producción certificada de ecológico hace tres años y cada vez tiene más aceptación esta modalidad de producción”, subraya David, ingeniero.
Su hermana Ana va de un lado a otro atendiendo al público, ella ha estudiado Administración y Dirección de Empresas. “Apostamos por el modelo ecológico, sobre todo, por convencimiento; creemos en el respeto al medio ambiente y también en la alimentación sana”, recalca David. En su caso la apuesta es por la hortaliza de temporada: ahora tomate, berenjena, patata, pimiento, etc., y en invierno por la verdura propia de ese período.
Pero quizás lo más diferente es su forma de venta: “La principal es nuestra tienda online: en las localidades alrededor de Logroño permite reparto en domicilio (a partir de un montante) o también tenemos cuatro puntos asociados en la capital riojana; fuera de esta zona de influencia y el resto de España es por envío”, explica el joven y añade que también venden en algunas tiendas y en restaurantes. “Está en auge este tipo de alimentos en hostelería”, concluye.
Tres estilos y tres historias, pero las tres con algo en común: la huerta y su pasión por ella.
Los hermanos Lafuente, Ana y David, que han apostado por lo ecológico y online.
