La Rioja

Netflix se pasa de optimista con las conexiones ferroviarias con La Rioja

¿Te imaginas poder subirte a un tren en Madrid y poner un pie en La Rioja en tan solo una hora y media? Los creativos de Netflix, acostumbrados a marcar el paso con sus mensajes publicitarios, lo ven factible. Y a menos que cuenten con información privilegiada del Ministerio de Fomento, en esta ocasión se han pasado de optimistas.

La plataforma de contenidos audiovisuales ha empapelado la estación de Atocha con un rótulos en los que no miden la distancia de varias localizaciones en horas, sino en el número de capítulos de sus series que les daría tiempo a ver a los pasajeros hasta llegar al lugar en el que se desarrollan.

Y ahí es donde entra en acción Paquita Salas, uno de los contenidos más populares de Netflix, que presenta a una peculiar agente de representación de artistas (interpretada por el actor canario criado en Calahorra Brays Efe) originaria de Navarrete. Para dar a conocer su nueva temporada, la compañía audiovisual plantea a los pasajeros de Atocha un hipotético viaje hacia la localidad riojana.

“¿Dónde leches está Navarrete?”, se pregunta más de un viajero mientras espera su tren y echa un vistazo al ficticio panel de salidas instalado por Netflix en la principal estación del país. La respuesta no deja de ser una oda al optimismo, pues la plataforma lo sitúa a tres capítulos de Paquita Salas, que rara vez superan la media hora.

Dicho de otro modo: para Netflix La Rioja está a menos de una hora y media de distancia de la capital del reino, cuando la realidad dicta que es imposible subirse a un Alvia en Logroño y bajarse en Madrid sin que haya transcurrido menos de tres horas y media.

Teniendo en cuenta que cada temporada de Paquita Salas se compone de cinco capítulos y que la web de Renfe cifra en tres horas y 52 minutos el recorrido entre Madrid y Navarrete, a los viajeros les daría tiempo para ‘zamparse’ prácticamente las dos temporadas completas de la serie.

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