La vida en Valverde siempre ha estado intrínsecamente ligada a la N-113 y desde este viernes, además, la muerte también ha dejado su huella en esta relación. No es el único accidente ocurrido en su entorno, pero sí el más grave. A más de treinta kilómetros de distancia de su núcleo urbano, pero acabando con los días de tres de las 250 personas que comparten su rutina en el municipio.
Esta pedanía de Cervera del Río Alhama (que ha decretado para este sábado una jornada de luto oficial) trata de recuperar el pulso tras el viernes más negro de su historia. Ese en el que tres personas perdieron la vida en Cintruénigo, tras un choque frontal en la misma carretera que atraviesa Valverde.
Su alcalde pedáneo, Fermín Ramos, ha relatado a NueveCuatroUno cómo vivieron sus vecinos esta trágica jornada, en la que las malas noticias se fueron agolpando con el paso de las horas.
“Al enterarnos de que había ocurrido un accidente en la N-113 pensamos que era uno más, pero enseguida supimos que estaba implicado el coche de un vecino de Valverde (en el que viajaban la niña fallecida y su madre, que ha sido intervenida de urgencia durante buena parte de la noche)”, explica, subrayando la gravedad que ya entonces suponía este hecho: “Nunca se había conocido la muerte de una niña de 3 años en el municipio y toda la gente arropó a la familia hasta las tantas de la noche”.
Fue en el velatorio donde los vecinos de Valverde tomaron consciencia de que la tragedia iba a más: “Empezaron a surgir rumores de que la fallecida del otro coche era también de aquí; al afectar a dos familias en un pueblo de 250 habitantes, todo el pueblo echamos a llorar”.
Cúmulo de casualidades
Fermín Ramos señala que el de este viernes “es el accidente más grave de cuantos hemos conocido en esa carretera y resulta que los tres fallecidos eran de Valverde”. Además de la menor, que “estaba empadronada en el pueblo y hacía aquí su día a día”, las otras dos víctimas mortales también estaban muy vinculadas a la localidad, aunque se marcharan hace décadas a Zaragoza por motivos laborales.
“Era un matrimonio mayor que mantenía su casa en Valverde”, explica el regidor pedáneo, incidiendo en que “desde que se jubilaron hacían su vida entre Aragón y nuestro municipio; pasan todos los años la primavera y el verano en Valverde; estuvieron aquí toda la Semana Santa y se marcharon a Zaragoza el martes porque tenían que pasar una revisión médica”.El accidente fatal les sorprendió, precisamente, cuando regresaban “a Cervera para acudir al entierro de un pariente de ella”.
La desolación en esta pequeña localidad riojabajeña es total: “El día 6 de abril se va a grabar para toda la vida en Valverde; si la gente hubiera visto a los chiquillos llorar (se emociona) no se lo podría imaginar. Entre todos nos animamos porque en un pueblo como el nuestro todos somos uno; sabemos que saldremos adelante, pero nos llevará mucho tiempo”, concluye Ramos.
