Por primera vez desde que se registran datos, el vino de Rioja ya no es el favorito entre los clientes de los restaurantes catalanes. Así lo constata un informe de la consultora Nielsen para el Instituto Catalán del Vino y el Cava (Incavi), que toma como referencia el periodo comprendido entre octubre de 2016 y noviembre de 2017.
En ese lapso, el consumo de vinos pertenecientes a Denominaciones de Origen catalanas (Penedès, Costers del Segre, Terra Alta, Priorat, Montsant, Conca de Barberà, Tarragona, Alella, Pla de Bages, Empordà y Cataluña) ha crecido cuatro puntos hasta alcanzar el 37,4% de cuota de mercado de los establecimientos de restauración de la región.
Simultáneamente, Rioja ha perdido un 3% de influencia hasta caer al 31,2%, lo que supone que la DOC pierde por primera vez su liderazgo en este campo, si bien entre 2013 y 2014 los vinos catalanes ya desplazaron a los de Rioja en el canal de alimentación, esto es, en supermercados y tiendas.
