La Rioja

“La solución para evitar la despoblación pasa por hacernos visibles a los ojos de Europa”

Llevan ya varios lustros entre nosotros los mensajes que alertan del envejecimiento paulatino de la población riojana y sus posibles efectos estructurales. En los últimos años, conceptos como ‘Agenda de la población’ o ‘reto demográfico’ conviven junto a otros asuntos calificados como prioritarios por las administraciones. En cambio, la tendencia no ha variado su curso y los sociólogos advierten sobre las urgencias de poner remedio a un envejecimiento irrefrenable en La Rioja.

El catedrático de Prehistoria por la Universidad de Zaragoza, a la sazón director del proyecto ‘Serranía Celtibérica’, Francisco Burillo ofrece este martes (18 horas) en la Biblioteca Pública de La Rioja la ponencia ‘La Comunidad de La Rioja y los Fondos de Cohesión Europea’, en el contexto de las Jornadas de Ciencias Sociales ‘Rioja vacía. Un desafío estructural’.

-¿Cuáles son los asuntos que va a poner sobre la mesa en su charla?

-La ponencia se centra en la política de cohesión europea y en cómo se estructura el apoyo comunitario a La Rioja entre los años 2021 y 2028, cuyos presupuestos tienen que quedar definidos el año que viene. Estas políticas pretenden que todas las regiones europeas alcancen el mismo nivel de desarrollo, aunque el problema es que no todas las regiones afectadas por la despoblación están debidamente definidas.

-¿Es el caso de lo que ha venido a llamarse ‘Serranía Celtibérica’, en la que se encuentra La Rioja?

-El territorio de la Serranía Celtibérica es el más desestructurado de Europa en estos momentos. Tenga en cuenta que su extensión duplica a regiones como Bélgica o Cataluña pero su población no llega a 500.000 habitantes. Su densidad de población está por debajo de los ocho habitantes por kilómetro cuadrado, lo que técnicamente se considera ya terreno despoblado.

-¿Por qué se le conoce como ‘una Laponia al sur de Europa’?

-Porque ese límite para considerar un territorio poblado o despoblado se adoptó tomando como referencia a Laponia, aunque sus condiciones no son comparables como las que sufrimos en esta región de España. En Laponia todo está nevado durante medio año y en esta época del año tienen noche polar; no sale el sol en ningún momento del día, lo que hace imposible que prospere ningún cultivo. Y fíjese que, pese a ello, Laponia cuenta con el doble de población joven que nosotros y con la mitad de población mayor, lo que le da más garantías de progreso.

-¿Cuál es la solución para la despoblación en nuestra región?

-La solución es muy sencilla. Pasa por visibilizarnos, hacer que la Unión Europea sea conocedora de esta situación para que aplique las medidas concretas que se aplican en otros lugares que padecen el mismo problema.

-¿Y por qué somos invisibles?

-Principalmente porque la región de la que hablamos se extiende a lo largo de cinco comunidades autónomas (Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana y La Rioja) en las que existen diferencias extremas entre las zonas de montaña y en la vega. En La Rioja, por ejemplo, Los Cameros representan solo el 5% de la población. Su densidad de población es de 5,6 habitantes por kilómetro cuadrado.

-Casi la mitad que en Laponia…

-No solo que en Laponia. Cuando se toman las provincias de Soria y Teruel como paradigmas de la despoblación, hay que tener en cuenta que en ellas hay una densidad de nueve habitantes por kilómetro.

-¿Qué se puede hacer para revertir esta dinámica?

-Todo pasa por el empleo y la fiscalidad. En la Comunidad Valenciana se están aplicando ya exenciones de tasas para las personas y empresas que se instalan en sus zonas más castigadas por la despoblación.

-¿Se está haciendo en La Rioja todo lo que se debería para paliar este problema?

-Los pasos se tendrían que dar por decisión propia del Gobierno riojano, que no lo ha hecho, o uniéndose a las otras cuatro comunidades que conforman la Serranía Celtibérica, que tampoco lo ha hecho. Con estas cinco regiones se podría impulsar una candidatura para que la cultura celtibérica fuese declarada Patrimonio de la Humanidad, lo que redundaría de nuevo en el campo de la visibilidad.

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