Son muchas las historias de personas que llegan a La Rioja en otoño en busca de una oportunidad en la vendimia para contribuir a una economía familiar en estado de precariedad. En cambio, en las últimas horas una de esas experiencias, la de Alfredo, se ha convertido en viral gracias a las redes sociales.
Tal que consideramos de justicia aportar nuestro pequeño granito de arena, así ha contado Pedro J. Díaz Terrazas cómo ha conocido a este temporero almeriense que busca ahora una nueva oportunidad laboral:
“Es algo que nunca he hecho, y no sé si es la manera, pero ahora mismo no se me ocurre otra mejor. La mayoría de las veces utilizamos Facebook para memeces, y nos olvidamos de que es una herramienta muy útil para las cosas realmente importantes. Esta tarde he vivido un episodio que me ha impactado lo suficiente como para decidirme a hacer esta publicación.
Estaba paseando por Haro con un amigo y nuestros niños, cuando se nos ha acercado un señor, pidiéndonos ayuda. Al parecer, llegó desde Almería hace unas semanas, para trabajar en la campaña de la vendimia. Me ha llamado mucho la atención que parecía un hombre muy educado,cabal, incluso con formación, y que es de esas personas a las que la vida no les ha puesto las cosas sencillas.
Por lo que me contó, estos días ha estado mandando el dinero que ganó en la vendimia a su casa, donde tiene mujer e hijos, y hoy se le acabó el poco efectivo que le quedaba en la cartera. Lleva todo el día repartiendo curriculums por todo Haro, y, sin saldo en su tarjeta telefónica prepago, su única preocupación era poder contactar con su familia. Ese asunto lo hemos podido resolver, pero por delante tiene otro bastante más complicado.
No le conozco de nada, y no puedo hacer ninguna valoración sobre su persona. Cuando te ves en algo así, siempre se generan muchas dudas e interrogantes, pero la forma en que nos ha hablado, y la desesperación que reflejaba su mirada, me ha hecho creer que estaba siendo sincero en todo lo que nos decía. Por un momento se me ha pasado por la cabeza… Qué difícil tiene que ser estar en una situación así.
Dios no lo quiera, pero si un día yo me viese de esa manera, me gustaría que alguien, aunque no me conociese de nada, hiciese cualquier mínimo gesto por ayudarme. Al despedirnos, el hombre me dijo si yo podría quedarme con uno de sus curriculums, por si pudiese entregarlo entre alguna de mis amistades.
Y se me ha ocurrido que publicarlo en Facebook podría servir también de ayuda. Como digo, no sé quien és, y quizás nunca más volvamos a vernos, pero ojalá encuentre la manera de salir de su desesperada situación que, por desgracia, es bastante más común de lo que creemos en nuestro querido país. Que cualquiera de los curriculums que ha entregado, o este mismo que yo comparto, llegue a manos de alguien que pueda ayudarle a él y a su familia. Que tengas mucha suerte, Alfredo”.
