La Rioja

Los ecologistas urgen a impedir la instalación de una nueva macrogranja en Alfaro

Ecologistas en Acción ha rogado este viernes al Gobierno de La Rioja que no autorice la apertura de la macrogranja que la firma Osona Vallés Carns (de Sabadell, Cataluña) pretende implantar en el término municipal de Alfaro, al tiempo que expresa su “rechazo absoluto” a esta modalidad ganadera.

La organización ecologista señala que la compañía ya ha solicitado la licencia ambiental a la Administración riojana para la puesta en marcha de la instalación, lo que considera “un evidente retroceso en las políticas de sostenibilidad ambiental, reducción de emisiones a la atmósfera y fomento de la ganadería extensiva y ética”.

La nueva instalación tiene una capacidad para 1.200 terneros de cebo, que “entrarán con unos 150 o 200 kilos y saldrán cuando alcancen un peso de entre 500 y 600 kilos, con menos de 12 meses de edad. “Los terneros estarán en la granja unos siete meses y durante ese tiempo vivirán hacinados en unas instalaciones cubiertas, bajo tejavanas de chapa, con una superficie construida según aparece reflejada en el catastro de tan solo 3.177 metros cuadrados”, advierte.

A este “hacinamiento intolerable” hay que sumar “las importantes emisiones contaminantes que generará esta macrogranja, tanto desde el punto de vista de los purines y otros residuos, así como de emisiones de gases a la atmósfera y olores que afectarán a toda la comarca”.

Entre estos contaminantes, Ecologistas en Acción destaca el amoniaco, que “puede dañar los hábitats sensibles a niveles altos de nitrógeno y provoca acidificación y eutrofización” y gases de efecto invernadero como el metano (la organización estima que cada res emite 110 kilos anuales de este gas) o el óxido nitroso.

Además, advierte de que “el olor es el impacto más directamente perceptible de todos los que se producen en una explotación ganadera y, por lo tanto, es el problema que más sensibiliza a la población”. “Nos encontramos ante una cuestión que es la principal fuente de molestias a las poblaciones cercanas, pudiendo incluso afectar al valor económico de las propiedades”, subrayan los ecologistas, que acusan a la compañía promotora de la macrogranja de “dejar en La Rioja su contaminación, estando radicada en Cataluña”.

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