Cuando se anunció que las etapas 18 y 19 de la Vuelta Ciclista a España pasarían por La Rioja, el asunto prometía. Sin embargo, la realidad ha superado a las expectativas. La ronda española llega lanzada, abierta y sin todavía un claro ganador. Después de la breve incursión por la Sonsierra riojana de este jueves, la fiesta está programada para este viernes, 6 de septiembre, en el que se disputará la etapa entre Logroño y el Alto de Moncalvillo (173,5 kilómetros). A falta de tres etapas para el final de la carrera, la lucha por el jersey de oro de líder sigue totalmente abierta. Y las rampas del Alto, de hasta el 16 por ciento, bien pueden decantarla.
En la general, el australiano Ben O’ Connor (Decathlon) conserva solo cinco segundos de ventaja sobre el gran favorito a ganar la Vuelta, el esloveno Primoz Roglic (Red Bull Bora-Hansgrohe), que luchará por su cuarta Vuelta. O’ Connor atacó en Granada, cogió casi cinco minutos de ventaja tras una fuga y todavía conserva una ya exigua renta. Tercero es un buen Enric Mas (Movistar Team), a 1:25 del líder. Cuarto, el siempre luchador Richard Carapaz (EF Education – Easypost), a 01:46, que protagonizó aquella batalla con Roglic en Moncalvillo 2020. Más lejos están ya otros dos españoles, Carlos Rodríguez (INEOS Team) y Mikel Landa (T-Rex Quick Step Team), este último, ya a más de cinco minutos.
Moncalvillo, una pelea para los ‘gallos’
La antepenúltima etapa de la Vuelta Ciclista a España unirá Logroño y el Alto de Moncalvillo (173,5 kilómetros). A las 13:15 horas tendrá lugar la salida ficticia desde el Riojaforum y tras recorrer algunas calles en Logroño, a las 13:29 tendrá lugar la salida real, en la circunvalación L0-20. Una vez allí, la serpiente multicolor afrontará una etapa que puede considerarse unipuerto. Desde la capital, la carrera tomará dirección Haro, entrará en la provincia de Burgos y pasará a La Rioja por el Alto de Pradilla (1.230 metros), en la vertiente de Fresneda de la Sierra. Se trata de un bonito puerto, pero corto y sin dificultad. Una ‘tachuela’ de tercera: 5,2 kilómetros al 4,8 por ciento de pendiente promedio.
A partir de aquí, la carrera pasará por Ezcaray, Santo Domingo y de ahí, cogerá dirección Berceo, Badarán… hasta situarse en la base del Alto de Moncalvillo (1.4. El guion normal puede resultar abierto: es posible que el pelotón permita una fuga si los favoritos no están implicados en ella. Ahí, el sorprendente Pablo Castrillo (Khen Pharma), puede intentar luchar por su tercera etapa. Eso si Mauro Schmid, Marc Soler, Filippo Zanna, Jay Vine u otros cazaetapas se lo permiten. Otro escenario, quizá el más normal, sea que los gallos se disputen el triunfo. Esa será la lucha de O’Connor, Roglic, Mas, Mikel Landa o Richard Carapaz, principalmente.
¿Pero, hay terreno para ello? Pues parece que sí, porque la subida tiene 8,6 kilómetros, pero al 8,9 por ciento de pendiente media. Varios kilómetros, además, se sitúan por encima del diez por ciento: 11,4 del 4 al 5, 10,8 del 5 al 6 y 10,3 del 6 al 7. Rampas interminables que en la parte final, llegan a un máximo del 16% y no abandonan casi nunca las dos cifras. Durísimo, seguro que a alguno de los ‘gallos’ les pilla el Tío del Mazo. “Bravo, bravo, la verdad Pedro, es que están hechos de otra pasta”; que diría el genial Carlos de Andrés en sus retransmisiones. Y así lo reconoció Perico, que la catalogó como una de las subidas más duras que vio nunca por televisión.
Curvas de herradura que ya hicieron sufrir a Roglic y Carapaz en 2020, cuando ambos luchaban por el triunfo final en una edición condicionada por el coronavirus. Aquella vez no pudo haber público, pero esta vez, será diferente. Si la meteorología acompaña, habrá una auténtica invasión, creándose esos pasillos que hacen única la conexión entre aficionados y ciclistas. Roglic luchará por su cuarta Vuelta y si sale líder de Moncalvillo, es probable que pueda asegurarse el triunfo en Madrid. Quedarán después Picón Blanco y la última contrarreloj, pero La Rioja está preparada para decidir el vencedor de esta vuelta. Miles de personas en las carreteras, una publicidad impagable en televisión y la posibilidad real de decantar el triunfo final.
Un preludio por territorio riojano con un gran espectáculo
Este jueves 5 de septiembre, un día antes del Moncalvillo, la 18ª etapa entre Vitoria e Izki (179,5 kilómetros), ha sido ideal para la fuga. Los ciclistas han entrado al territorio riojano por el Alto de Rivas de Tereso, para pasar a La Rioja en la bajada por el término municipal de San Vicente de la Sonsierra. Tras otro cruce al País Vasco por Labastida, la carrera ha visitado también Ábalos. Y a partir de ahí, treinta kilómetros de recorrido por La Rioja Alavesa, con pasos por Villanueva de Álava, Elciego o Laguardia. Y de ahí, el plato fuerte de la jornada, el Alto de Herrera (5,6 kilómetros, 8,3 por ciento de pendiente media), con rampas máximas del 14 por ciento.
Incluso los favoritos lo han probado en Herrera, con varios ataques de Richard Carapaz, Carlos Rodríguez y otros hombres fuertes de la general. El damnificado esta vez ha sido Mikel Landa, que ha llegado a perder casi un minuto y después, sí ha podido volver en el descenso del puerto. Incluso Ben O’ Connor, el líder, ha perdido terreno justo en la cima del puerto. La carrera se ha roto completamente, con múltiples grupos de ciclistas desperdigados antes de cruzar hacia la Montaña Alavesa. No parecía un día para cambios en la general, pero finalmente así lo ha sido. Urko Berrade ha ganado un día lleno de ataques y emboscadas.
Ya este mismo jueves por la tarde, el circo de la Vuelta se trasladará a Logroño, donde se producirá la gran salida durante este viernes. Una localidad que, en 2020, acabó con un amago de invasión de la prueba tras una protesta de los hosteleros. Afortunadamente, el asunto pudo controlarse y se resolvió con una única detención. A tocar madera para que esta vez solo se hable de deporte.