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La Vuelta rompe la rutina logroñesa y enamora con sus planos de La Rioja

La Vuelta Ciclista a España ha alterado la normalidad cotidiana de Logroño durante media hora. Personas jóvenes mayores con bolsas de la compra, estudiantes acudiendo a sus clases, ciudadanos dando un paseo o tomando un vermut en las terrazas… las escenas habituales de cualquier día normal en la ciudad. Aficionados al ciclismo, curiosos en general y ciudadanos que simplemente coincidían con el pelotón han aguardado con expectación el paso de la carrera por sus calles. Esas donde desarrollan su vida, ahora recorridas por los mejores ciclistas del mundo.

“¿A qué hora pasan (los ciclistas)?”, se preguntaban algunos ciudadanos por la calle en una mañana soleada. Centenares de personas se han dado cita en las aceras. Recorrido neutralizado por las principales arterias de la ciudad, con curiosos también en algunos balcones y zonas altas de supermercados conocidos por todos los logroñeses. Fuertes medidas de seguridad en torno al paso de los corredores, con las fuerzas de seguridad siempre vigilantes para evitar aglomeraciones y controlar que se cumplieran las normas sanitarias (mascarillas y distancias de seguridad).

El mayor incidente ha ocurrido en la Plaza de la Diversidad (más conocida como Murrieta). Allí, la caravana ha coincidido con la manifestación de los hosteleros, que han protestado por el cierre de sus locales durante un mes. Una joven, que ya ha sido identificada por la Policía, ha irrumpido en la calzada al paso de los ciclistas, poniendo en peligro la seguridad del pelotón. Por fortuna, el asunto solamente ha durado unos segundos y no ha ido a mayores.

Tras el paso de la comitiva, la ciudad ha recobrado la normalidad total: las calles se han abierto, los peatones han cruzado por los pasos de cebra, la hostelería ha apurado su penúltimo día de apertura, los supermercados se han llenado de clientes y las oficinas se han llenado de trabajadores. No todos los días pasa la élite del ciclismo por tu localidad y merecía la pena un rato de relajación antes de continuar la rutina diaria. Sin pancartas, sin gritos de ánimo y sin demasiado colorido, pero algo es algo en un año tan difícil como este 2020.

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