El Anguiano ha vencido al Ardoi en la ida de la final por el ascenso (0-3) y se acerca muy mucho a la Segunda Federación. Gracias a los goles de Joel, Mario Urrecho y Mateo, los riojalteños se han impuesto en un encuentro condicionado por una expulsión local en el minuto 43. Todos los detalles han corrido a favor de un equipo que tratará de certificar su ascenso en su campo, Isla, el próximo domingo a las 17:30 horas. Para ello les valdrá ganar, empatar o incluso, perder por la mínima. Un pueblo de 500 habitantes que no olvidará nunca esta campaña 2023/24, la mejor con diferencia de sus casi treinta años de historia.
Apoyados por decenas de aficionados y el sancionado Voltarel entre ellos, los hombres entrenados por Héctor Urquía (renovado para la próxima temporada) han saltado al césped artificial con valentía y acciones muy directas hacia el área rival. Pero todo el desarrollo se ha alterado a dos minutos del descanso, cuando el colegiado ha expulsado a Iker Monreal, al interpretar agresión sobre el visitante Samuel Azofra. Esa decisión, quizá algo rigurosa, ha abierto la senda del partido para el Anguiano, que ha tenido la oportunidad de jugar 50 minutos en superioridad numérica y lo ha aprovechado.
En superioridad, los serranos han conseguido la ruta directa hacia la portería rival y en el minuto 55 se han adelantado. Joel, tras un remate con potencia desde dentro del área, ha colocado el 0-1. Algarabía entre una afición que ha visto como la final se les ha puesto de cara. Y a partir de ahí, todo ha ido a mejor. Tras un error tremendo del Ardoi, Urrecho se ha plantado solo ante la portería y totalmente solo, ha convertido el 0-2 en el minuto 70. Normal que haya sonado el grito de “Que sí, joder, que vamos a ascender”.
Y todavía ha habido tiempo para otra gran noticia. Mateo, tras aprovechar un rechace, ha colocado el 0-3 y con ello, puesto pie y medio en la Segunda Federación. Queda la vuelta, pero salvo un auténtico milagro, habrá celebración a los pies de la Sierra de la Demanda. Ha sido el partido soñado. Es un auténtico milagro lo que está logrando este equipo, el más humilde de todos los que quedan vivos en esta fase de ascenso. Una de esas hazañas casi inverosímiles. Pase lo que pase en la vuelta, el curso queda para la historia del infrafútbol español. Reyes del barro. La Champions de los humildes.
