De locos. Así se puede calificar, en lo climatológico, este fin de semana, en el que se han podido disfrutar de las cuatro estaciones. A ratos, primavera, que es lo que toca, con su tormenta de lluvia, truenos y rayos; por momentos, verano, cuando más golpea el sol; a ratos otoño, con fuertes rachas de vientos; y por la noche, invierno, que obliga a ponerse algo más que una simple chaquetilla. Bien abrigados con temperaturas por debajo de los dos dígitos.
La primavera en toda su expresión durante este fin de semana. Una fuerte borrasca atlántica está siendo la responsable de esta inestabilidad. En pocos minutos se ha pasado de la lluvia al amanecer, a los primeros rayos de sol del día, para a mediodía volver la lluvia en la que ha sido la primera tormenta de la temporada. Sol de nuevo, agua después, viento y por la noche frío.
La mejor noticia es que la lluvia ha vuelto a la región. En Anguiano se ha recogido algo más de 24 litros por metro cuadrado. En Valdezcaray se rozaron los 20 l/m2. En Canales, casi 17; y en Lumbreras algo más de 15. Ha llovido en la parte occidental de la región, tanto en la sierra como en el Valle del Ebro. Precipitaciones esperadas para darle el último riego al cereal, algo necesitado tras las lluvias de marzo.
El viento también ha sido protagonista de esta inestabilidad. En San Romás se alcanzaron rachas sostenidas por encima de los 105 kilómetros por hora. 96 en Aguilar; 92, en Haro; 81, en Ezcaray; y en Logroño, coincidiendo con la fuerte tormenta de este sábado a mediodía se alcanzaron vientos de 79 kilómetros por hora. Típico tiempo primaveral.
