Salud

Visualización de la salud mental en la red X: ¿ayuda o estigmatiza?

La proyecciones de la Organización Mundial de la Salud confirman que en 2050 más de la mitad de la población mundial pasará o habrá pasado algún problema de salud mental y, en muchos casos, sin ser consciente de ello.

Después de la pandemia muchas alarmas han saltado en relación a la salud mental, y ligado a esto ha aparecido un debate interesante sobre el papel de las TIC, concretamente de cómo las redes sociales tratan este asunto. El proyecto de investigación ‘MINDHEALTHMEDIA’ de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) confirma que se habla poco y con connotaciones negativas sobre la salud mental, y el estudio se centra concretamente en la red X, antes conocida como Twitter.

“Hemos elegido X porque, de acuerdo a las estadísticas, es la red social donde tiene lugar una mayor actividad, un mayor debate y conversación sobre salud mental y sobre todo es donde están presentes los principales agentes y colectivos relacionados con el tema, por ejemplo los hospitales, ONGs, la Confederación de salud mental de España y todas las federaciones autonómicas regionales”, explica Jesús Díaz del Campo, investigador principal del proyecto y vicerrector adjunto de Investigación en UNIR.

Las redes sociales son la fuente principal de la población en general para informarse sobre enfermedades mentales, el problema es que, según esta investigación, solo entre el 0,11 y el 0,08 por ciento de los tuits publicados entre 2015 y 2022 por los diez diarios españoles de mayor difusión trataba sobre salud mental, es decir, un total de 4.049 mensajes, lo que constituye una presencia mínima en relación con el número total de tuis publicados. Y por si esto fuera poco, la mayoría de reacciones que suscitaron estos tuits fueron emociones negativas: miedo, asco, tristeza…

Del Campo confirma que las redes son el medio principal donde la población ‘conversa’ sobre salud mental, “pero esto también conlleva riesgos, como la falta de rigor científico. Está claro que la aparición de famosos e influencers exponiendo sus propios casos está teniendo mucha relevancia, y lo hacen con toda su buena intención, pero están provocando la propagación de estereotipos y estigmas. Sin embargo, los mensajes enviados por profesionales de la salud se limitan a círculos muy pequeños y no llegan a tanta gente. Ese es el problema”.

Un antes y un después

En esta primera fase del estudio, los resultados muestran un aumento progresivo del número de tuits sobre salud mental, sobre todo a partir de 2022. En 2015, los medios publicaron un total de 271 mensajes relacionados con este aspecto; en 2020, 542; y, finalmente, en 2022, 688.

“Desde la parte final de la pandemia se informa más y hay más mensajes con esta temática. En un primer momento, lo que nos interesaba era todo lo relacionado con las vacunas: su fiabilidad, cuándo nos iban a inocular, si realmente nos protegía… Pero llega un momento en el que ese debate se da por superado y empieza a hablarse de cómo nos ha afectado el confinamiento”.

Los influencers comienzan a visibilizar sus sentimientos a través de las redes, hay una mayor repercusión del problema y el Gobierno de España lanza un plan nacional sobre salud mental. Esta sería la parte positiva, pero en la otra cara de la moneda “vemos cómo, analizando el contenido de los tuits que se publican, casi todas las reacciones son emociones negativas y se inicia una tendencia de vincular la enfermedad mental con noticias o sucesos negativos”.

Díaz del Campo lo ejemplifica: “Si se daba una noticia sobre el atraco de un banco, uno de los datos más relevantes era que el ladrón era un enfermo con esquizofrenia o depresión cuando, en realidad, no existía evidencia científica de que eso hubiera propiciado la acción del atraco. Sin embargo, las noticias que podrían ser mucho más interesantes hablando sobre inserción, recuperación o mejora escaseaban”.

De ahí la paradoja. Recordamos que las redes sociales son las principales fuentes para informarse sobre salud, pero cuidado con el mensaje. “Los tuits se viralizan, sí, tienen muchas reacciones y ‘me gusta’, pero por su propio contenido generan una sensación negativa y eso puede ser el detonante de que la gente se deprima más. Si por el contrario, lanzas un mensaje con testimonios de pacientes que están recuperándose, de personas que ya ven la luz al final del túnel, de ejemplos de que se puede salir… eso equilibraría la información y se generaría reacciones más positivas”.

Tras esta primera fase de estudio de los tuits, a través del estudio ‘MINDHEALTHMEDIA’ “vamos a ver cómo es la comunicación para comprobar si hay contraste por parte de las asociaciones, de los hospitales, de las áreas de psicología… y todo eso se va a complementar con entrevistas especializadas y grupos de discusión con los responsables de comunicación de las entidades, periodistas especializados en salud, influencers, colectivos… Queremos saber qué intención tienen o qué estrategias siguen a la hora de publicar. El problema se está haciendo más visible gracias a X, pero ahora hay que trabajar el modo en el que se presenta la problemática. A eso aspiramos”.

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