Semana Santa

La lluvia suspende El Encuentro logroñés

No pudo ser. La lluvia se impuso a las ganas de los logroñeses de vivir uno de los momentos únicos en la iconografía procesional logroñesa: El Encuentro. Aunque la procesión salió, el fuerte viento y la incesante lluvia hizo que a unos metros de que las dos tallas se encontrasen en El Espolón, los cofrades tuviesen que volver al punto de partida.

Como su propio nombre indica, la procesión consiste en la confluencia de dos cortejos -el del Nazareno y el de la Virgen de la Soledad- en un mismo punto, donde ambos pasos se mecen al unísono.

Este año, además, contaba con una novedad: el Nazareno estrenaba recorrido de ida, ya que no buscaba El Espolón por la calle Sagasta, sino callejeando a través de la Plaza Martínez Zaporta y Capitán Gallarza.

Además, con motivo del 75º aniversario de su estreno volvió a salir en El Encuentro -con carácter extraordinario- el manto de la Virgen de la Soledad, recientemente restaurado por el taller malagueño de Sebastián Marchante Gambero. La pieza, bordada por las Hermanas Adoratrices, salió por primera vez en procesión el 14 de abril de 1949 y sus dimensiones son de cuatro metros de largo y cinco metros de ancho, con un peso aproximado de treinta kilos.

Ese paso tuvo que ser tapado para volver de regreso a la concatedral de La Redonda mientas qie el Nazareno pudo hacerlo más pausadamente hasta la iglesia de Santiago.

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