Agricultura

Navel del Campo, cítricos de Valencia del árbol a la mesa

María y Joel, un trabajador de la empresa, en el establecimiento de Navel del Campo en Logroño.

Las naranjas y mandarinas de Navel del Campo siguen triunfando desde la Avenida Pérez Galdós, 43, de Logroño. El establecimiento de venta directa de estos cítricos llegados desde Valencia fue inaugurado el pasado mes de diciembre y desde entonces se ha hecho un hueco indispensable en las listas de la compra de cientos de clientes. Incluso algunos bares y cafeterías de alrededor se han acercado para tener sus naranjas idóneas para hacer zumo.

“Queremos agradecer a todos los clientes que día a día nos apoyan comprando nuestras naranjas y mandarinas y nos animan a seguir adelante con esta iniciativa que hemos
tenido. Estamos muy satisfechos con la gran acogida que ha tenido la tienda. Al final solo mostramos una fruta llegada del campo directamente, que a veces puede tener algún defecto por fuera, pero lo que hay dentro es auténtico. Sin aditivos y sin intermediarios. Y eso engancha a la gente”, remarca María, la gerente de este comercio, mientras prepara tres kilos de naranjas para una clienta que acaba de entrar al local para corroborar la calidad de la que le han hablado.

La variedad de naranjas y mandarinas que ocupan el mercado ha ido evolucionando con el paso de los años, creando nuevas variedades más tardías, hasta abarcar una mayor oferta de consumo de cítricos. María y Carlos mantendrán abiertas las puertas de su establecimiento hasta finales de mayo, cuando los campos dejen de producir las naranjas que ellos estiman las más oportunas para la venta al consumidor final. Eso sí, tienen claro que van a regresar a la capital riojana con el comienzo de una nueva campaña, que prevén para octubre, cuando empiece la temporada de la mandarina, que es más temprana que la naranja.

Un nuevo cliente se adentra en este paraíso cítrico: “¿De dónde traéis estas naranjas?”. Y satisfecho con la respuesta de María por ese origen nacional en el que confiaba, se lleva dos kilos y otro más de mandarinas. Y es que de los cinco días que permanece abierta Navel del Campo, tres de ellos lo hace con género fresco. “Estamos abiertos solo por las mañanas, de martes a sábado, de 9:30 a 14:00 horas, pero es necesario para poder dar el mejor servicio a nuestro público”.

La calidad, insiste, es la única diferencia que tienen con la competencia. “La gente sabe que en muchos sitios la fruta se recoge y se conserva en cámaras, antes de llegar a sus manos y eso se nota mucho en el sabor. Nuestro producto, en cambio, madura en el árbol, es recogido y prácticamente comido esa misma semana”, destaca.

“Es cierto que los primeros días de apertura regalábamos piezas de fruta porque empezar de cero en una zona en la que ya hay fruterías y comercios de alimentación es complicado. Cuesta lograr que el cliente elija entrar a tu tienda en lugar de que siga yendo a la suya habitual, pero una vez se consigue, repiten. De hecho, tenemos personas que son fijas cada semana e incluso clientes de fuera de Logroño, porque quieren consumir productos frescos, sin algún tipo de aditivo, ni conservante. Quieren fruta madurada en el árbol y con un sabor autentico”.

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