La Rioja

La subestación eléctrica de Cascajos gana altura y encara la recta final de las obras

Si las cosas de palacio van despacio, las relativas a la subestación eléctrica de Cascajos se rigen por plazos aún más pausados. La sutura del impacto que representaba la instalación con un entorno urbanístico en expansión es uno de los asuntos más debatidos en Logroño desde hace décadas. Y ahora, con la primavera de 2024 en ciernes, ya asoma en el horizonte el perfil de una infraestructura más compacta y estética que la maraña de torretas y cableado que presentaba mucho antes de que decenas de miles de vecinos se instalasen al sur del trazado ferroviario.

Aspecto de la subestación en febrero de 2021.

Estos días ya se aprecian dos de las tres alturas de los módulos que conforman la nueva subestación, que -para que cualquier peatón se haga a la idea- tendrá su cota más alta a 6,50 metros, tres metros más de los edificados hasta la fecha. Son unas dimensiones más discretas que las que presentaba la anterior estructura, desmontada en su totalidad en agosto de 2022.

Planta de la subestación de Cascajos, vista desde el sur (calle Marqués de Larios) hacia el norte (estación de autobuses).

Tal y como se aprecia en los planos, los trabajos que se desarrollan en la superficie no son sino la punta del iceberg de un proyecto en el que el equipamiento se oculta bajo la cota del suelo y los transeúntes solo apreciarán los edificios de acceso y las chimeneas. No en vano, la mayor parte del tiempo desde que en junio de 2022 se iniciase el desmontaje de la antigua instalación se han consumido en labores de soterramiento y cimentación de la nueva estructura.

A esa solución -la de compactar y soterrar la infraestructura- se llegó tras años de intenso debate en el plano político sobre su ubicación y tensiones entre el Ayuntamiento de Logroño e Iberdrola, operadora de la subestación, sobre quién debía costear los trabajos. En febrero de 2021 al fin se desatascó un embrollo que venía de lejos y se activó el plan para acometer unos trabajos que ya acumulan retrasos.

Las previsiones municipales pasaban por que la ‘nueva’ subestación funcionase a pleno rendimiento a finales de 2023 o principios de 2024, pero la evolución de las obras augura que será difícil verlas concluidas antes de que expire el actual ejercicio.

Un proyecto en cinco fases

Los vecinos de Cascajos o aquellos que pasen por la zona han de saber que el proyecto de la subestación se encuentra a la mitad de la cuarta de las cinco fases en que está ideado. Las dos primeras consistieron en el desmontaje de la antigua instalación, la tercera fue la conexión de la red a una subestación provisional (STR), la cuarta se centra en la construcción de la nueva estructura y la quinta culminará el proyecto con el desmontaje de la STR.

Subestación provisional STR, operativa desde mayo de 2022.

Para que la instalación eléctrica se integre en el entorno urbanístico de Cascajos, el presupuesto de los trabajos ronda los 5,89 millones de euros más IVA, de los que Iberdrola aporta un millón y medio (más impuestos) y el Ayuntamiento asume los 4,4 millones restantes. En el acuerdo para materializar la compactación y el soterramiento de la subestación Iberdrola se comprometió también a ceder de forma gratuita al Consistorio la parcela liberada, para uso de viales como la calle Miguel Delibes o para su uso como espacio libre público.

 

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