Que en La Rioja se vive bien no hay quien lo discuta. Sólo hace falta pasarse por aquí unos días para comprobar que con un Rioja, un paseo por cualquier de nuestros municipios y unas chuletillas al sarmiento las penas son menos penas y la percepción de la vida siempre es mejor. Pero no sólo es una cuestión de sensaciones. La Rioja es, durante los últimos años, una de las comunidades autónomas con mayor calidad de vida de forma cuantificable. En los últimos datos del Indicador Multidimensional de Calidad de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) se encuentra segunda en el ranking, sólo por detrás de Navarra.
Pero ¿es posible medir la calidad de vida? La respuesta es sí. El indicador mide nueve ámbitos con más de 55 indicadores, algunos objetivos y otros que se miden según la subjetividad de las personas participantes. La situación de la educación, la salud, la economía, el trabajo pero también del ocio, la seguridad o el medioambiente son algunas de las dimensiones estudiadas.
De los nueve ámbitos, en seis de ellos la región está entre las tres comunidades mejor posicionadas. Destacamos en la satisfacción de la vida en general. Los riojanos somos los que tenemos una mejor percepción de nuestra calidad de vida. Además, las condiciones económicas o el ocio son otros factores que permiten que La Rioja se encuentre con datos tan positivos. En el otro lado de la balanza, las posibles mejoras deberían darse en Educación y Salud, donde se alcanzan puestos cercanos a la mitad de la tabla, muy lejanos de esas primeras posiciones registradas en el resto de dimensiones cuantificadas.
El primero de los ámbitos estudiados es el que se encarga de valorar las condiciones económicas de los riojanos. La Rioja se encuentra en el segundo puesto. Con doce indicadores cuantificados, destaca en ser la comunidad con menor población que vive en hogares con deficiencias o en tener datos muy buenos en población con problemas para hacer frente a gastos imprevistos. Tampoco parece que los riojanos tengamos grandes dificultades para llegar a final de mes. No son tan buenos, sin embargo, los datos en lo referente a la población en riesgo de pobreza, donde ocupamos el séptimo puesto.
En lo referente a condiciones laborales -segundo ámbito cuantificado-, La Rioja ocupa el cuarto puesto. Destaca el bajo número de personas que tienen que trabajar en un empleo a tiempo parcial por obligación o los datos de paro de larga duración que son realmente buenos en la comunidad. En el otro lado, La Rioja debería mejorar en relación a las largas jornadas de trabajo o los bajos salarios.
Salud y Educación, los peores indicadores
Si en dos ámbitos La Rioja debería mejorar de forma contundente es en Educación y Salud. Son, sin lugar a dudas, en los que peores cifras obtiene la región. Séptimo puesto en la primera y noveno en la segunda. Destaca negativamente la sensación que tenemos los riojanos de cuidados médicos insatisfechos con la peor nota de todo el país. Tampoco son buenos aspectos más objetivos como el número de personas con enfermedades de larga duración o los fumadores diarios con los que cuenta la región.
En Educación, más de lo mismo. Queda mucho por mejorar. En lo que se refiere al nivel educativo de la población más joven la región está en el décimo primer puesto mientras que ocupa el puesto décimo sexto en adultos que han recibido formación en las cuatro últimas semanas.
Nos va la fiesta
Si en algo pocas regiones nos ganan es en el ocio. Nos va la fiesta. Terceros en al ranking total con una gran satisfacción sobre el tiempo disponible, o una altísima frecuencia de reuniones entre familiares y amigos. Los mejores de España en tener familiares a los que pedir ayuda para poder acceder al ocio. Minipunto para los abuelos.
También el informe tiene en cuenta la seguridad en los municipios riojanos. La comunidad con los índices de delincuencia más baja a pesar de ser la quinta cuando se centran los datos en los homicidios o en la criminalidad. Aún así, los riojanos se sienten seguros y es la segunda comunidad que mayor percepción de seguridad tiene en el país.
Los que más confían en la policía
Cuando se mide la confianza de los riojanos con sus administraciones de gobernanza, resultan curiosos los datos obtenidos. Son los primeros a la hora de confiar en los organismos policiales y los segundos en mostrar su confianza al sistema político. Peor es la credibilidad en el sistema judicial, con un decimotercer puesto, o la participación de los riojanos en política, que está por debajo de la media nacional.
El informe se fija también en las condiciones medioambientales de la región. En una región sin grandes urbes más allá de Logroño, los problemas con los ruidos bajan la media en una dimensión con buenos datos tantos en contaminación como en zonas verdes.
Así, si en La Rioja un ámbito es el mejor es el de satisfacción de vida general. Es decir la percepción que tenemos nosotros mismos de cómo se vive en la región. Una demostración clara de que en La Rioja se vive bien y, además, lo sabemos.
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