Son ya catorce días sin noticias de Javier Márquez y, lo que es peor, sin ninguna pista que permita conducir hacia su paradero o, al menos, tener alguna noción de qué pudo ocurrirle la madrugada del pasado 2 de marzo. En la búsqueda del joven desaparecido participan desde entonces cientos de personas, entre batidas de voluntarios y dispositivo especial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en colaboración con las entidades locales.
FOTO: Mario Martija.
En este ámbito, los Bomberos de Logroño han intensificado en los últimos días el rastreo palmo a palmo del terreno cercano a la ribera del Ebro, ya que la última pista sobre la ubicación de Javier le situaba en el entorno del Puente de Piedra de la capital riojana. Los funcionarios peinan minuciosamente tanto las orillas del río como sus aledaños y, de forma coordinada, se introducen estos días entre la maleza de la ribera, el estanque del Parque de la Ribera o las inmediaciones de Riojaforum, donde han buscado el teléfono del joven o cualquier tipo de efecto personal que pueda dar pistas sobre lo que le ocurrió.
FOTO: Mario Martija.
No muy lejos de allí, el dispositivo policial acelera en las labores de búsqueda ante la previsión de que el tiempo empeore a lo largo de los próximos días, impidiendo el trabajo de los buzos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y los Guías Caninos de la Policía Nacional. Mientras la Guardia Civil continúa peinando el curso del río aguas abajo, los investigadores siguen buscando un hilo del que tirar con el visionado de las cámaras de seguridad del entorno en el que desaparición el joven, que reside en Zaragoza porque cursa allí estudios universitarios que compagina con la competición de judo.
FOTO: Mario Martija.
Por su parte, la familia de Javier Márquez batalla contra el desánimo que provocan catorce días de muchas incógnitas y ninguna certeza, mientras se aferra a seguir buscándolo “hasta llevarle de vuelta a casa”. “Empezamos la mañana con muchos ánimos, pero a lo largo del día no son los mismos”, admitía la portavoz del entorno del joven, Noelia Pascual, justo antes de emprender una nueva jornada de batidas.
