Firmas

Encriptados, enfrentados, enraizados, enredados: Demetrio Navaridas en estado puro

Hasta finales de este mes, en Estudio 22 de Logroño, pueden verse una veintena de obras en un soporte que al artista no le es ajeno, el papel vegetal, que él manipula como un verdadero alquimista, hasta convertirlo en una verdadera obra de arte y con los que invita a reflexionar sobre el mundo y el momento actual. El ‘EN’ que da título a la actual exposición de Demetrio Navaridas responde a un prefijo que el artista antepone a multitud de palabras, “encadenados, encorsetados, endiñados, enfangados, ensartados, entubados, enturbiados, entronizados, envenenados” y cuyo significado –’dentro de’– refiere al tiempo presente. Como él mismo comenta: “estamos ‘dentro de’ un momento “crudo” -al menos así lo entiende Navaridas-, quien reconoce haber pasado el último año bastante tocado por las situaciones que vivimos, sobre todo de carácter bélico. Me parece angustioso e inexplicable que, con el conocimiento que tenemos, vivamos situaciones como las actuales”.

‘EN’ propone con vehemencia la reflexión del necesario enfoque del inmediato futuro en un tiempo extremo, convulso, polarizado, incierto, artificial y confuso sugiriendo la necesidad de desencriptarnos, desenfrentarnos, desenraizarnos, desenredarnos y limitando el artificio y la artificialidad para potenciar lo natural y la naturalidad. Pudiera decirse que hay dos exposiciones, una la filosófica, planteada como un pensamiento que le permite al artista realizar su obra.

Demetrio y este que suscribe, somos vecinos de barrio de nuestra niñez y juventud, de los de ‘República Argentina’. Los dos correteamos por los mismos lugares, pero aunque es posible que nos cruzáramos más de una vez, los cuatro años de diferencia nos hacían invisibles el uno para el otro. Estoy seguro que nos vimos muchas veces. En ‘El Justi’ el bar de sus padres, en la peluquería de ‘Agudo’ o en la tiendita de chuches ‘El Parque’, todos en Somosierra, enfrente del parque González Gallarza. Mi padre iba a cortarse el pelo a la mencionada peluquería, algunas veces los domingos, dado que en esa época se trabajaba hasta los sábados y yo iba a buscarlo cuando salía. Él tenia la costumbre de ir a tomarse un ‘chato’ (un vaso de vino) al ‘Justi’ y a mí me pedía un `sanitex´, seguro que `Deme´ estaba por allí. Me consta que, lo mismo que a mí, me compraba los tebeos de `El capitán Trueno´ y los chicles `Bazoca´ que eran con los que se podían hacer pompas en ‘el parque’. Él también lo hacía. Y es probable que por el agujero que los de mi cuadrilla nos colábamos en el parque González Gallarza, dado que por aquel entonces estaba vallado y lo cerraban por las noches, él también lo hiciera. Así que hemos tenido unas vidas paralelas, separadas por los cuatro años de diferencia en nuestra edad. En el año 1972 yo “volví” de la mili y él se fue a Madrid a estudiar Bellas Artes.

Navaridas vuelve a recurrir a la abstracción, donde él se siente “más él”, corriente que no ha abandonado en toda su trayectoria. “Me formé con Antonio López en la Escuela de San Fernando, donde se practicaba el realismo, pero eran épocas de cambio (1972-1978) y comencé con la abstracción”, rememora. “No tardaron en amenazarme con echarme, aunque, en mi opinión, la abstracción y el realismo funcionan como vasos comunicantes”. Está claro que `Deme´ sabe dibujar, lo demostró en una exposición en la sala de arte Amos Salvador donde expuso unos cuadros de tendencia figurativa de gran tamaño y colorido.

Demetrio Navaridas, estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes San Fernando (Madrid). En 1980 funda junto a los pintores Emilio García Moreda, Manuel Llorente y Vigoa el grupo ‘IV-80’ que en 1981 se convierte en ‘IX-80’. Estuvo enredado con el efímero estilo de arte ‘el transmanierismo’. En 1982 crea el Taller Estudio Navaridas, taller libre de dibujo y pintura, donde continúa impartiendo clases a futuros estudiantes de Arquitectura, Diseño, Restauración, Bellas Artes… pero no reglados.

‘EN’ es la segunda propuesta de Demetrio Navaridas para este espacio tras `Caprichos´ en 2003. Rememorar aquí todas las exposiciones y certámenes a los que ha concurrido sería una ímproba empresa, desde su primera exposición en 1975, en ‘las Atarazanas’ de Barcelona hasta esta última en Estudio 22.

Sin duda alguna Navaridas es uno de los mayores exponentes de la pintura de nuestra Comunidad Autónoma, siempre fiel a sus planteamientos artísticos, casi siempre en la abstracción. Aunque nuestros caminos por el arte han corrido diferentes senderos, en 1983 con motivo de la exposición y el libro ‘La Berruet 10 años’ él realizó la portada del libro y se encargó de la impresionante infraestructura que se montó para el evento en la sala Amos Salvador, que por aquel entonces todavía no estaba reformada y yo me encargué de la maquetación de dicho libro. Mis colaboraciones con dicha galería no las cobraba en dinero sino en obras artísticas y en la primera transacción elegí un cuadro de Navaridas, que por supuesto todavía conservo.

Exposiciones como ‘ECO’ en el año 2002, una intervención en el río Ebro, que como él explicó en su momento era un proyecto que partía de: “devolver al río la felicidad, belleza y vida de él recibidas”. Han sido míticas en nuestra ciudad.

No se pierdan estas veinte intervenciones-manipulaciones sobre papel vegetal con tintas, ácidos, siliconas, látex… y vaya usted a saber que Demetrio Navaridas maneja con gran maestría como si de un fotógrafo o grabador se tratara. A mí, personalmente, me parece más un alquimista del renacimiento o un domador de papeles.

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