El hijo del acusado como presunto autor de asesinato con alevosía al envenenar con un líquido desatascador a un anciano en Logroño ha afirmado que en su casa, ni su padre, que cuidaba a la víctima, ni el resto de la familia hablaban de la herencia de este hombre, que, según el fiscal, sería el móvil del suceso.
El hijo ha declarado este miércoles como testigo en la tercera sesión del juicio por jurado que se sigue en la Audiencia Provincial de Logroño contra un hombre de 46 años, para el que el fiscal pide una pena de 23 años de prisión; mientras que la defensa pide la absolución al sostener que el anciano, de 82 años, se suicidó.
Este joven ha relatado que, aunque veía al anciano por el barrio en el que residían ambos, no fue hasta el principio de 2020 cuando le conoció, porque se lo presentó su padre en el domicilio familiar. Su padre, ha explicado, ayudaba a la víctima con algunas compras y recados “de forma desinteresada” y, poco a poco, fueron teniendo más relación hasta que llegó el confinamiento por el COVID.
En marzo de 2020, y, “a pesar del peligro, él (el anciano) iba a mi casa a tomar café, a cenar y en alguna ocasión se llegó a echar la siesta y a dormir” y, además, “mi madre iba a limpiar su casa a veces”, ha subrayado. Ha admitido que, en junio de 2020, en su casa se habló de que el anciano había propuesto a su padre ser su heredero a cambio de cuidarle.
“Mi padre le cuidaba bien porque -la víctima- no tenía relación con sus sobrinos, no le faltaba de nada y los dos estaban encantados”, ha detallado el joven, quien reservó los hoteles del viaje que ese verano hicieron el acusado y el anciano, a quien ha calificado como “una persona arisca, pero, una vez que lo entendías, te reías con él”.
Plena capacidad para otorgar testamento
En esta sesión ha declarado también el notario con el que anciano firmó el testamento que declaraba heredero a su cuidador unos 18 días antes de su muerte y ha explicado que este acto se desarrolló sin la presencia del acusado, aunque sí le había acompañado hasta la notaría.
Ha recalcado que consideró que la víctima estaba en plenas facultades mentales porque, de lo contrario, “no se hubiera firmado el testamento”; “tampoco le vi coaccionado, sabía lo que estaba haciendo y tampoco le noté deprimido o triste”.
FOTO: EFE/ Fernando Díaz.
“Estuve bastante rato con él para asegurarme de que quería hacer lo que iba a hacer porque me dijo que tenía sobrinos”, ha detallado el notario, en cuyo despacho, diez días antes, el anciano había revocado un testamento anterior a favor de sus familiares.
En la sesión han declarado como testigos, entre otros, los miembros del equipo de emergencias que acudió al domicilio del anciano en la madrugada en la que murió y uno de ellos ha asegurado que fue el acusado quien le entregó la nota de suicidio escrita por el fallecido, “aunque no sé de dónde la sacó”.
El médico de ese equipo de emergencias ha señalado que el anciano había tomado “bastantes pastillas” para dormir y, en su opinión profesional, puede pasar un tiempo desde que se toma ese medicamento y un líquido corrosivo hasta que se producen efectos, pero cree que “es difícil que quien lo ha tomado luego se ponga a cerrar la botella”.
Intervenciones telefónicas
Otros de los testigos han sido los agentes de la Policía Nacional que acudieron al domicilio, uno de los cuales se ha referido a “las contradicciones” en las que cayó el acusado en su declaración; y también sobre que en pocos días acompañó a la víctima a entidades bancarias de Logroño y San Sebastián, en las que sacó unos 12.000 euros de su cuenta.
“En intervenciones telefónicas -posteriores al suceso- vimos al acusado preocupado por lo que habían declarado otras personas e, incluso, tenía sospechas de que le habían intervenido el teléfono”, ha afirmado este agente. Para él, cerrar una botella de desatascador después de beberlo “parece difícil y tampoco es habitual, por mi experiencia, que en los intentos de suicidio se mezclen pastillas y otro líquidos”.
