Hoy, martes 5 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Emergencia Climática. Es algo que debe preocuparnos a todas las personas que habitamos este planeta. Quitando a las negacionistas, la mayor parte de la población nos estamos dando cuenta de las consecuencias del cambio climático: temperaturas anormales en invierno, escasez de lluvias y, cuando estas se producen, son torrenciales; olas de extremo calor en verano. Todo esto nos influye en todos los aspectos de nuestras vidas.
Las personas que se dedican a la agricultura ven con preocupación que no hay agua suficiente para sus riegos, que cada vez se producen más tormentas con granizo, cada vez mayores en tamaño, con el consiguiente daño en sus cultivos.
Aquellas dedicadas a la ganadería extensiva observan que la falta de lluvia hace que los pastos no crezcan lo suficiente, lo que supone un problema para su ganado, al que cada vez tienen que darles más pienso, aumentando sus costes y produciendo menos beneficios.
Estas circunstancias se acaban transmitiendo a toda la ciudadanía, con un encarecimiento de los productos de la cesta de la compra, aunque estos no repercutan totalmente en los productores y sean los intermediarios quienes, aprovechando la situación, obtengan todavía más pingües beneficios.
Las olas de calor hacen que, sobre todo, las personas más vulnerables sufran más problemas, llegando incluso a causar la muerte de algunas de ellas. Las más afortunadas dispondrán de sus aires acondicionados, estando a una temperatura ideal en sus casas, pero es posible que no se den cuenta de todas las emisiones que están echando a la calle, contribuyendo de esa forma a aumentar la temperatura de la misma y, por consiguiente, a favorecer aún más ese cambio climático.
Lo mismo podemos decir del invierno, cuando las calefacciones y las bombas de calor están a tope, aumentando también esas emisiones de CO2. Y no, no pido que no se use el aire acondicionado o la calefacción, pero sí que seamos responsables. No pasa nada por ponernos una chaqueta o una bata en invierno y tener la calefacción un poco más baja, ni que sea necesario ponernos la chaqueta o la bata en verano por tener el aire acondicionado muy bajo.
Estamos ante una emergencia climática en la que, aunque todas las personas podamos poner algo de nuestra parte, reduciendo nuestros consumos de energía, de plásticos, de agua, etc., reutilizando cosas por nosotras mismas o poniéndolo en manos de otras personas, utilizando el programa de 2ª vida del Ayuntamiento de Logroño o Chavicar y reciclando adecuadamente nuestros residuos, quienes primero tienen que dar ejemplo son las administraciones.
Aquí me gustaría recordar que, en octubre de 2019, el Partido Popular, junto con el resto de partidos que formaban parte del Ayuntamiento de Logroño, suscribieron una Declaración Institucional de Emergencia Climática.
Pues bien, la política que el actual Ayuntamiento de Logroño está llevando a cabo no va en consonancia con lo que firmaron en esa Declaración Institucional. Difícilmente vamos a llegar a esas reducciones de emisiones de CO2 a la atmósfera cuando seguimos primando al coche por encima de la movilidad activa, es decir, la peatonal y la ciclista.
Cuando se menosprecia la naturalización de la ciudad, llegando a decir, en una emisora local, que eso era la causa de la muerte de árboles, difícilmente vamos a favorecer la biodiversidad, tan necesaria para las plantas, los insectos, las aves y, en definitiva, para crear ese Escudo Verde que nos proteja a toda la ciudadanía.
No basta con poner parques en las afueras de la ciudad, donde más falta nos hacen es en el centro. Las zonas verdes y el arbolado ayudan a bajar la temperatura de la ciudad, nos dan sombra, ayudan a mitigar el ruido, purifican el aire. ¿Existe una mejor inversión que en la salud de las personas?
En la pasada legislatura, desgraciadamente, tuvimos una pandemia y el comienzo de una guerra, por la que muchas cosas se quedaron en el tintero. Pero ahora, el Partido Popular, como firmante de esa Declaración de Emergencia Climática y también de la Declaración Institucional por el Día del Medio Ambiente, suscrita en Junio de 2022, tienen ustedes la obligación, con esa mayoría absoluta que la ciudadanía les ha dado, de afrontar este problema a la mayor brevedad posible.
Por todas las personas, por toda la ciudadanía de Logroño, por las que estamos ahora y por las que vendrán.
