La Rioja

La búsqueda del joven desaparecido en Logroño se adentra en el casco urbano

Unas doscientas personas se han puesto este martes, por cuarto día consecutivo, manos a la obra para localizar lo antes posible a Javier Márquez, el joven de 20 años de Santo Domingo de la Calzada desaparecido desde la madrugada del pasado sábado en Logroño. “Estamos muy agradecidos a toda la gente que se ha sumado, cada vez somos más”, ha valorado Noelia Pascual, coordinadora de uno de los grupos que peina sin descanso cada palmo de terreno para dar con alguna pista que conduzca a Javier.

El dispositivo ciudadano, del que forman parte los familiares y amigos del joven, decenas de vecinos de Santo Domingo y un grupo de ‘chalecos amarillos’ que se han incorporado al grupo, amplía su radio de acción y se adentra este martes en el casco urbano de Logroño para recorrerlo de norte a sur, hasta el polígono Las Tejeras, en busca de señales que permitan localizar al desaparecido.

Todo, sin dejar de lado el entorno del Ebro, donde los ‘chalecos amarillos’ permanecen para rastrear en dos grupos -uno por orilla- el cauce del río, donde no se han obtenido resultados en los tres días previos de búsqueda.

La movilización es una lucha contra el tiempo impulsada por un grupo creado en Santo Domingo de la Calzada, cuando tuvieron conocimiento de la desaparición de Javier: “Se fue sumando cada vez más gente y ahora lo integran miles de personas”. Actúan de forma paralela a los efectivos de la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Policía Local de Logroño y los Bomberos, que buscan por tierra, agua y aire al joven desaparecido.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Policía Nacional y Policía Local focalizan sus esfuerzos en Logroño -con personal a pie y el apoyo aéreo de un helicóptero y varios drones-, mientras la Guardia Civil centra su labor en el resto de localidades de la comunidad y el curso del Ebro aguas abajo con medios aéreos y terrestres.

Según el anuncio publicado por su familia en la página de SOS Desaparecidos, Javier Márquez mide 1,62 metros, tiene complexión atlética, pelo y ojos castaños y, en el momento de su desaparición, vestía un pantalón claro y sudadera marrón.

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