Sucesos

El fiscal acusa al presunto envenenador de Logroño por “prejuicios”, según su defensa

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

La defensa del acusado como presunto autor de un asesinato con alevosía al envenenar, en agosto de 2020, al anciano que cuidaba, cree que la Fiscalía, que pide 23 años de prisión para este hombre, “se basa en prejuicios” porque “el fallecido dejó su herencia a un desconocido y, además, extranjero” antes de suicidarse.

El abogado de la defensa ha hecho esta declaración este lunes durante su intervención inicial durante el juicio con jurado en Logroño, cuando las partes han repasado sus propias teorías del caso.

El fiscal se ha centrado en que, en julio de 2020, el anciano hizo su heredero al acusado a cambio de que le cuidara hasta su muerte, para lo que tuvo que modificar un testamento anterior, en el que eran beneficiarios sus sobrinos. El Ministerio Público ha incidido en cómo el acusado compró el desatascador para causar la muerte al anciano, quien falleció en la madrugada del 5 de agosto por las lesiones que le causó la ingesta de un producto químico, ya que el componente principal de este producto era ácido sulfúrico.

“Tenía un plan premeditado, en el que primero logró ser heredero y luego quería heredar cuanto antes y no hay datos concluyentes que apunten a un suicidio”, ha asegurado el fiscal. Frente a esas palabras, el abogado del acusado ha incidido en que se trata de “un hombre sin antecedentes, asentado en Logroño, padre de familia”; y ha considerado que existe en este caso “una acusación basada en el prejuicio porque se deja la herencia a un desconocido y, además, es extranjero”. Ha puesto el acento en que la familia del anciano no tenía ningún contacto con él, ni siquiera después de que sufriera un ictus.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

También ha recalcado que fue la propia víctima la que días antes pidió al acusado que le acompañara a dos viajes, a Salou (Tarragona) y San Sebastián, y que unas horas antes de fallecer le recordó que comprara el desatascador para el lavabo. “Aquí no hay delito ni infracción penal”, ha recalcado el letrado, quien ha afirmado que fue el acusado quien llamó a Urgencias y siguió las indicaciones del médico hasta que llegó la ambulancia.

“Decepcionado y abandonado”

A ello ha sumado que existen dos notas manuscritas del fallecido en las que reprochaba la falta de cuidado a sus familiares y decía que solo “el rumano” le había cuidado como si fuera un padre. El anciano “se sentía decepcionado y abandonado por sus dos sobrinos y, probablemente, fruto de esa decepción decidió quitarse la vida, se tomó la mayor parte de las pastillas y un trago de puro ácido sulfúrico” y “hay pruebas objetivas de ello, al margen de elucubraciones”, ha añadido.

Así, ha subrayado que la autopsia del fallecido “establece que no hay ni la más mínima prueba de que le sujetaran, ni el más mínimo signo de lucha, ni lesiones por quemaduras” y “tampoco se derramó ni una gota de líquido”.

“El fiscal también ha obviado que existen dos notas manuscritas, una de las cuales es legible, en la que el fallecido dice que es su último escrito y da gracias a Dios por el cuidado del rumano”, ha concluido la defensa.

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