La Rioja

‘Moviendo Cameros’: mira quién baila en Villoslada

Son las 17:15 del sábado. Los vecinos de Villoslada de Cameros van llegando al polideportivo del colegio preparados para lo que José tenga dispuesto para ellos. “¿Tú también te has animado?” “Hacía tiempo que no te veía, ¿cómo estás?”. El ‘ponerse al día’ es cuestión de minutos porque a y media todos están dentro de las instalaciones calentando y estirando para, después, mover las caderas e incluso perrear.

José Montero y Priscila Yusti llegaron a Villoslada en junio del 23. Venían de Chile, aunque ellos son venezolanos, y quedaron enamorados del pueblo. “Llegamos recomendados por una amiga de mi mujer, y nada más ver el entorno y conocer a la gente supimos que habíamos venido al sitio adecuado”. José entró a formar parte del grupo teatral del municipio, La Colodra, y rápidamente se integró en las actividades culturales de Villoslada. Pero faltaba algo.

“Un día, hablando con mi mujer nos dimos cuenta de que podría ser interesante introducir a los vecinos en la bailoterapia, lo que en mi país llamamos baile entretenido”. Este venezolano comenzó a trabajar como animador en Venezuela cuando tenía 14 años. “Comencé como payaso y terminé graduándome como Educador Social”. Por todos es sabido que los latinos llevan el baile en la sangre, así que José siempre procuraba introducirlo en todas sus dinámicas de trabajo. Y así lo ha hecho en Villoslada.

La idea era reunir a todo aquel vecino que quisiera para pasar una hora bailando y disfrutando. “Sin profesionalismos, solo compartir un rato divertido llevando a cabo una terapia con diferentes tipos de música: merengue, reguetón, bachata, salsa, tambores venezolanos, ritmos árabes… El objetivo que nos marcamos es que las personas que se apuntaran, de cualquier edad, se relajaran, liberaran el estrés y tuvieran algo diferente que hacer”.

Y vaya si lo han conseguido. Si no que se lo pregunten a José Julián, el único hombre que se ha apuntado hasta el momento, “aunque de vez en cuando viene algún otro y seguro que vendrán más”. Este vecino reconoce que es arrítmico total, es más, le ha prometido a José que si consigue que aprenda un par de pasos le invita a cenar. Sea como fuere, está encantado. “Una actividad como esta te viene del cielo. En la capital encuentras actividades en cada esquina, pero en un pueblo es muy difícil que una persona quiera poner en marcha cosas como esta y haya gente que quiera apuntarse. Y ya estamos un grupo majo, ¿eh?”.

Ana Rosa también es una de las vecinas de Villoslada que se ha lanzado a esta aventura. “La música es alegría y cada sábado salimos de la clase con otro humor. Después de toda la semana, la rutina, y más en un pueblo, este rato tan divertido se agradece mucho”. Además, Ana Rosa explica que es una forma de encontrarte con gente que de normal no ves. “Como es el sábado, se han apuntado muchas personas que solo suben al pueblo los fines de semana y es una forma de estar con ellos”.

Las clases comenzaron el pasado 23 de diciembre y lo que empezó con un grupo pequeño de alumnos ya va tomando forma y llenando el polideportivo. Además, la evolución se va notando y “José ya nos dice que se nos ve más sueltos y que nos movemos de otra forma, y eso te levanta el ánimo”. Las caderas se van soltando, “no tanto la de José Julián. Con él es imposible”, bromea Ana Rosa. Pero, “¿y la voluntad que pongo?”, contesta rápidamente José Julián entre risas.

Lo que comenzó como una idea “que podía estar bien”, se ha convertido en un proyecto denominado ‘Moviendo Cameros’. Una iniciativa que actualmente se desarrolla en Villoslada, Ortigosa y “ahora estamos en conversaciones con el Ayuntamiento de Torrecilla y Viguera. Ojalá lleguemos a más pueblos”.

Porque, tal y como explica el profe José, lo importante es que se hagan cosas en los municipios, la gente se divierta y viva nuevas experiencias. “Nosotros somos muy sociales y nos encanta participar en cosas de la comunidad. Mi esposa es repostera y también hace talleres para los peques del cole”. Este venezolano recuerda cómo eso le viene de sangre. “Mi mamá trabajaba en la Casa de Cultura allá en mi país, y nos inculcó la importancia de compartir con los demás las habilidades y destrezas que cada uno tenga. Siento que Villoslada nos recibió con los brazos abiertos y había que devolverle el cariño de alguna forma”.

El reloj marca las 17:55 horas. El cuerpo de baile de Villoslada de Cameros ya ha terminado su sesión de hoy. Solo queda volver a casa, darse una ducha y reencontrarse en el bar. “En un ratito nos vemos”.

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