El Rioja

Derribando los mitos de la cata de vino: pasos básicos para quitar el miedo

Foto: Clara Larrea

El vino ha dejado de ser una bebida a la que temer. Sin tecnicismos ni un gran conocimiento acerca de sus cualidades sensoriales, no hay excusa para no acercarse a una copa y opinar sobre ese olor que desprende, a qué sabe en ese primer trago y cómo cambia después de unos minutos. Eso es lo que se busca con el curso ‘Introducción a la Cata: descubriendo el perfil del vino’ que imparte la Universidad de La Rioja durante estos días. Enmarcado dentro del Proyecto Enorregión e impartido por el enólogo y profesor asociado de la UR Pedro Balda, este curso de divulgación se divide en cuatro sesiones de dos horas los martes y jueves (de 18:00 a 20:00 horas) repartidas en dos semanas que ocuparán la sala de catas del Edificio Científico Técnico de la Universidad.

Tras la primera edición de esta formación básica en análisis sensorial, las plazas para la segunda y tercera edición ya están cubiertas también, por lo que los organizadores ya preparan más formaciones de cara a primavera con la lista de espera que se genera a tráves de los formularios de inscripción. El aforo, dadas las dimensiones del aula, está limitado a 28 personas y se requiere un mínimo de 20 inscripciones para realizar el curso, cuyo coste es de 15 euros.

Esta semana se han realizado las dos primeras sesiones bajo la temática de vinos blancos, abordando las principales variedades que se cultivan en España, así como la evolución sensorial pasando del vino joven al vino envejecido en botella. La próxima semana será el turno de los tintos, tratando tanto variedades nacionales como internacionales.

“El principal enfoque de este curso es a nivel varietal, que es mi especialidad, pero impartido desde un punto de vista muy básico. Es decir, para un público general que le gusta el vino pero que es totalmente ajeno al sector como profesional y que quiere acercarse a lo que es la evaluación sensorial del vino de una forma más ordenada y estructurada. Porque cualquiera puede ser capaz de hacer ese análisis sensorial. Se trata de que adquieran un cierto rigor y conocimiento para aumentar así también la cultura popular hacia el vino”, apunta Balda.

El enólogo de San Vicente de la Sonsierra sostiene que existe cierto temor social a la hora de lanzarse a catar un vino “y no solo en el ciudadano que no tiene ninguna relación con el mundo vitivinícola, sino también viticultores que nunca han tenido la ocasión de que le enseñen a tener más capacidad para hacer esa evaluación sensorial”.

Por eso es que este curso se centra en transmitir las herramientas necesarias para poder desglosar los factores del vino, ordenando los criterios básicos para lograr hacer esas caracterización sensorial. “Les enseñamos a sacar el perfil aromático del vino, el equilibrio sensorial en la boca, describir el color, que conozcan los matices y entiendan de dónde vienen y por qué se producen, lo que significa que un vino tenga más boca que otro,… Les ayudamos a elaborar un esqueleto para que puedan usarlo en su día a día cada vez que se enfrenten a una copa porque este conocimiento básico les animará a probar cosas nuevas y así aumentar su curiosidad y ganas por conocer más acerca del mundo del vino”, destaca Balda.

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