Cultura y Sociedad

La cita picante de Rubén en ‘First Dates’: un logroñés sin pelos en la lengua y en los…

Para participar en First Dates hay que tener las cosas claras, como Estefanía, que nada más cruzar la puerta ya ha piropeado a Carlos Sobera llamándole “caballero de oro”. Una frase que pronto ha quedado en segundo plano al confesar esta colombiana afincada en Bilbao que para que le guste un hombre tiene que ser muy limpio y, sobre todo, en el momento de la intimidad, “depilarse los huevos sí o sí”. Eso es, las cosas directas. “Cuando vas con un tío y te encuentras toda la selva es un bajón. Yo tengo mis rasgos amazonas, así que no quiero más”. Poco más que añadir.

Mientras esperaba a su cita, Estefanía ha contado que le encanta debatir, “de hecho me han llegado a pegar por la forma en la que hablo. Sé que mi forma de ser no encaja con muchas personas”, ha confesado esta camarera y cantante de jazz con carácter y muy segura de sí misma después de “desarrollar mi confianza y quererme más”.

Llegaba la hora de conocer a su cita y Rubén ha entrado pisando fuerte. 1,90, moreno, guapete y de Logroño. Esto promete. En su presentación, este riojano se ha descrito así: “Me considero una persona segura de sí misma porque tengo buena planta, incluso a veces trabajo de portero”. La cosa pintaba bien.

Tan bien que Estefanía, nada más verle cruzar la puerta ha exclamado: “Hostias, si mide dos metros y es un pibón”. Carlo Sobera no ha podido resistirse y la primera pregunta que le ha hecho a Rubén era que si se cuidaba y depilaba. “Me depilo menos que en verano, pero me gusta que las chicas que conozco vayan depiladitas”. Hasta aquí todo encajaba.

Dos besos de presentación, miradas de reconocimiento, preguntas sobre la edad y a la mesa a cenar. “Huele muy bien. Parece un chico limpio”, ha comentado Estefanía. De camino la diferencia de altura se ha hecho más evidente. “Es una chica un poco bajita para mí, pero tiene una cara muy bonita y una sonrisa de oreja a oreja que luce constantemente”. La chispa había saltado.

La conversación ha estado distendida y todo iba viento en popa. “¿Tienes hambre?” ha preguntado Rubén. “Yo siempre tengo hambre, aunque no se me note estoy todo el día con algo en la boca. Comida, me refiero”. Primer intercambio de sonrisas pícaras. “Siendo colombiana seguro que es una chica de sangre caliente. Nos llevaremos bien”, ha analizado el logroñés.

La conversación ha derivado en otros gustos de la pareja, como el deporte. “Yo juego al futbol todos los domingos, así que no trasnocho mucho”. Eso le ha encantado a Estefanía que le ha dejado caer como quien no quiere la cosa que no conocía La Rioja. “Pues estás a dos horitas”.

La cosa cuajaba y la de Bilbao no se lo ha pensado dos veces. Se ha puesto de pie, ha cogido un micrófono y ha dejado a Rubén sin palabras cantándole una canción de Marilyn Monroe. Impactado, el logroñés ha dado su valoración: “Me ha gustado mucho, ha sido muy sexy”.

Llegado el momento de la decisión final mucho se tenía que torcer la cosa para que no acabara en éxito. Dos besos por educación y al turrón. “Estefanía, ¿tendrías una segunda cita con Rubén?”. “A pesar de ser muy guapo parece que no te lo crees. Se me ha pasado el tiempo volando, así que sí”. El logroñés lo ha tenido claro también: “La cita ha sido muy corta y me gustaría que vinieras a Logroño. Cuadramos un finde y te lo enseño”. “Vale, y yo te canto otra canción”. Y colorín colorado, la cita ha terminado.

Subir