Eduardo Palacios.- El Festiva Actual ha dedicado el día de Reyes a presentar en Logroño, a dos meses de su estreno comercial, la película ‘La estrella azul’, una de las que más han causado impacto en los festivales de los últimos meses por su planteamiento como un homenaje a los artistas que deciden renunciar al éxito material para buscar su propio silencio interior.
Ese es el planteamiento con el que Javier Macipe ha creado y dirigido esta película, premiada en el Festival de San Sebastián y que se estrenará en 80 salas de España el 23 de febrero, ha explicado a EFE el director aragonés.
Macipe conoció el trabajo de Mauricio Aznar, líder del grupo aragonés Más Birras, hace casi dos décadas y desde hace una empezó a trabajar para crear una película “que no es un documental biográfico”, subraya, centrada en la vida de este cantante y compositor, que a principios de los años 90, en el momento en el que podía tocar el éxito con su grupo, decidió dejarlo todo e irse a recorrer Argentina “en busca de música auténtica y de silencio interior”.
EFE/ Raquel Manzanares
Más birras se fundó en 1987, en plena ebullición de la música joven en España y grabaron cuatro discos hasta que en 1993 se disolvieron, pero Mauricio Aznar (Zaragoza. 1964-2000) decidió continuar con otro grupo aunque poco después emprendió el viaje que cuenta la película.
Ya tras su muerte diferentes artistas versionaron canciones de Más birras, la más conocida ‘Apuesta por el rock and roll’, compuesta por Aznar y Gabriel Sopeña y popularizada por Búnbury.
Otro compañero sin reconocimiento material
Pero ya para el año 2000, cuando Mauricio Aznar (interpretado en la película por otro aragonés, Pepe Lorente) falleció, había optado por separarse del éxito comercial “y decidió emprender un viaje para encontrar las raíces de la música argentina” de la mano de otro músico, mucho más veterano que él, Carlos Carvajal, con el que le unía la falta de reconocimiento material a pesar de ser una figura imprescindible en el folclore de su país.
Con ellos dos, en lugar de un “biopic” Macipe ha creado una película “a la que han definido como un karate kid musical y la verdad es que esa idea explica bien el recorrido entre dos personajes que se encuentran y uno hace de maestro del otro”, ha explicado el director aragonés.
Ese encuentro se produjo en la ciudad más antigua de Argentina, Santiago del Estero, cuna de la “chacarera”, un estilo que cautivó a Aznar.
EFE/ Raquel Manzanares
“Mauricio y Carlos fueron dos artistas muy grandes, pero en su momento vivieron de forma humilde con un reconocimiento muy pequeño”, relata el director, que con su película no ha querido reivindicar la figura de músicos de una generación concreta “sino a los anónimos que viven en cada barrio y que por múltiples razones no llegan a ser famosos, aunque merecerían una película”.
De algún modo, ‘La Estrella azul’ “también es una transgresión del biopic” porque no habla de un artista reconocido “sino de alguien que renunció al éxito material” y que “optó por ser una estrella anónima, como las hay en cualquier época” también en la música española de los años ochenta.
Los mensajes luminosos de la música tradicional
Otra de las cuestiones que plantea Macipe en su cinta es la importancia que tiene el folclore en todos los pueblos “porque es la música que perdura, más allá de las modas”.
Algo que contrasta con estilos musicales que llegan ahora mismo, precisamente con raíces latinas, “pero fabricada por la industria, para un consumo rápido y a veces con mensajes terribles y empobrecedores”.
“La música es como el aire y el agua, que si se contamina nos hace daño y consumir de forma constante esa música nos lo hace, como si fuera comida rápida, pero a veces no tenemos conciencia de ello”, asegura el director aragonés, que por eso cree que “es importante que es nutrirse con músicas eternas, de mensajes luminosos, que son las que perdurarán y que están en el folclore y eso es lo que fue a buscar Mauricio”.
Además, concluye Macipe, su película “también habla del silencio, de ir a buscarlo” porque “vivimos en una época muy ruidosa, en la que es difícil buscar un sitio en el que no haya un estímulo constante y quise hablar también de cómo buscar el silencio interior”, ha concluido.
