La Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) plantea seguir la senda de la discordia que marcaron a principios de septiembre las Bodegas Familiares de Rioja, cuando decidieron abandonar las mesas de gestión de la Denominación de Origen Calificada (DOCa). Será la próxima semana cuando sus integrantes debatan en una asamblea su permanencia en el Consejo Regulador.
Dicha asociación, compuesta por 80 bodegas, cuenta con una representación del tres por ciento en la rama comercial y sus reclamaciones sobre la importancia de dar valor a la marca Rioja frente al volumen vienen de atrás, haciendo especial hincapié en el reconocimiento a las pequeñas bodegas que forman parte de la denominación.
ABRA, que es la única que ha mostrado su apoyo a la marca ‘Viñedos de Álava’ para romper definitivamente con Rioja, mantiene su postura en el aire a la espera de elegir un lado u otro de la balanza, aunque como adelanta El Día de La Rioja, podría haber una postura intermedia que se reflejaría en la permanencia en el Consejo Regulador, pero sin asistir a las reuniones de su pleno.
Una decisión que, de tomarse, dejaría en el aire ese vocal que a día de hoy ocupa Itxaso Compañón, presidenta de la asociación, y la representación correspondiente. En el caso de Bodegas Familiares, los dos vocales con los que contaba pasaron a formar parte de Grupo Rioja cuando la asociación que preside Eduardo Hernáiz marcó su postura, calificando entonces esta decisión como “difícil” y “dura” de tomar por todo lo que conlleva.
Con el fin de conocer más detalles sobre esta situación, este periódico ha intentado ponerse en contacto con Compañón, pero no ha obtenido respuesta alguna.
