Seis meses después de haberse hecho con la Alcaldía de Calahorra, Mónica Arceiz ya tiene los presupuestos para el próximo ejercicio, después de haber logrado aprobarlos gracias a la abstención inesperada de los concejales de Vox y un acuerdo presupuestario con el de Izquierda Unida, Óscar Moreno.
– Consiguió hace seis meses la Alcaldía gracias a un equipo que podía resultar muy interesante de cara a unas elecciones, pero con muy poca experiencia en política. ¿Qué balance hace?
– Era y es un equipo nuevo. La decisión responde a una demanda ciudadana: los calagurritanos nos pedían una renovación importante y eso es lo que hicimos. Que carezcan de experiencia en política no significa que no tengan un importante bagaje profesional, porque es gente capaz de asumir el reto que supone llevar una concejalía.
– En su balance de los cien días asumía algunos fallos que tienen que ver especialmente con la configuración de la organización municipal: ¿qué ha pasado?
– Ha pasado que la falta de experiencia nos ha jugado alguna mala pasada y que quién se comprometió a darnos su apoyo, en el momento del Pleno, votó en contra y hubo que retirar determinados asuntos.
– ¿La inexperiencia también ha tenido que ver con el último error en la presentación de los presupuestos a la comisión de Hacienda?
– Creo que eso ha tenido más que ver con un tema técnico. La interventora consideraba que el documento estaba bien presentado pero, ante la posibilidad de verlo frenado, nos sugirió retirarlo y volver a presentarlo en una nueva comisión.
– Mónica Arceiz alcanza la Alcaldía con un programa basado en el día a día y fuera “de los proyectos faraónicos”, pero sí que hay un proyecto que ha dado los primeros pasos y del que poco se sabe: la construcción de una residencia en el convento del Carmen.
– Nuestra propuesta inicial, que a día de hoy es la que sigue vigente, es convertirlo en una residencia de personas mayores. Todos sabemos que en Calahorra hay lista de espera para entrar en una residencia, pero también es cierto que estando ya gobernando recibimos una petición del obispo muy concreta y estamos valorándola. Si el proyecto que monseñor Montoya nos ha propuesto se materializa, una parte se dedicará a eso y otra a una residencia de personas mayores. Esa propuesta de la Diócesis está también relacionada con la salud.
– Hay determinados proyectos que sí que va a mantener del trabajo realizado la pasada legislatura por el PSOE: ¿cómo van?
– Ya se han aprobado los más de cuatro millones de euros que destinados a la obra del Centro de Salud. Se ha trabajado estos meses con diligencia. Los técnicos advirtieron que no iba a dar tiempo de hacerlas pero, a pesar de que los plazos son muy ajustados, se van a llevar a cabo las obras y recibir los fondos; se ha encontrado la fórmula.
– Otro es la Intermodal: se comprometió a adjudicar la obra en menos de seis meses y ha llegado con el tiempo justo.
– Así ha sido, pero porque ha habido una paralización por parte del Ministerio para acceder a su plataforma. Si no hubiese pasado eso, las obras estarían ya comenzadas.
– ¿Y el Centro de Formación Profesional?
– Para este año contemplamos redactar el proyecto de urbanización. Nuestro deseo es que antes de que termine la legislatura el centro sea una realidad, pero los plazos de construcción son muy largos. Hemos hablado con la consejería para acortarlos lo máximo posible porque hemos dejado a muchos alumnos por el camino en este tiempo. Era una buena opción hacerlo allí, sí; ¿era la mejor opción? No lo sé.
– ¿Está en peligro la Ciudad del Envase?
– No corre ningún peligro. De aquí a Navidad vamos a tener muy buenas noticias sobre la Ciudad del Envase. Además, el polígono lo vamos a recibir a mediados de diciembre.
– Se han echado atrás otros proyectos que venían con fondos europeos. ¿Ha sido una medida más política que económica?
– En esta caso la economía está relacionado con la política. Si tuviésemos cada año 30 millones de euros para invertir los hubiésemos llevado adelante, pero no es así. Creemos que ahora Calahorra tiene otras necesidades. Es una obligación ayudar a los que no tienen nada, pero también tenemos que ayudar a los que se están quedando sin nada, a la gente que trabaja y no puede llegar a fin de mes.
Si decir que una posición política es pensar que se han rechazado porque eran proyectos del PSOE, te digo que no. Unos eran inasumibles y otros tenían unas condiciones que no se podían cumplir.
– Pero llegaron a decir que no había dinero ni para pagar la luz.
– No es que lo dijésemos, es que era verdad. Teníamos requerimientos de Iberdrola que advertían de que iban a cortar la luz. Hubo que hacer una modificación de crédito para pagarla. Hubo que sacar dinero de otras partidas para pagar la luz y los servicios de Correos.
– A la gente le chocará ahora que el Ayuntamiento tenga dinero para un asesor más.
– No es una decisión caprichosa, viene avalada por las quejas ciudadanas y el estado actual de las tramitaciones. Urbanismo es un área muy transversal y, a pesar de que hay muchos técnicos, falta una coordinación. Por eso lo mejor es que alguien que conozca el urbanismo de Calahorra, como Juan Esteban Ameyugo, desatasque el área.
El dinero va a estar bien invertido. Ahora mismo es esencial. Ha habido empresas que no han podido empezar obras de ampliación porque aún no se les había dado la licencia de obra. Urbanismo tiene un problemón porque hay decenas de tramitaciones pendientes.
– Mucho dinero también en Festejos, Juventud…
– Los presupuestos están proporcionados. Si a los ciudadanos les solucionas las necesidades del día a día y luego les ofreces ocio, no entiendo cuál es el problema. Iba en nuestro programa electoral, el que avalaron la mayoría de los calagurritanos, y tenemos una asignatura pendiente con los jóvenes.
– ¿Cuál ha sido el peor momento de lo que lleva de legislatura?
– El principio fue muy duro y muy difícil.
– ¿No se esperaba llegar a la Alcaldía?
– Eso era algo que estábamos viendo desde hacía tiempo. Igual que en 2019 la gente nos paraba para decirnos que íbamos a perder, ahora la gente nos paraba para decirnos que íbamos a ganar desde casi un año antes. Detectamos una clara falta de desconexión entre los calagurritanos y el equipo de Gobierno.
El principio fue difícil porque no es lo mismo llevar tres concejalías que tener una visión global del Ayuntamiento y, sobre todo, tener la última decisión. Esa responsabilidad pesa mucho. Además el equipo era muy inexperto políticamente y nuestros adversarios son salvajes de la política y me daba miedo que se los comieran. En los primeros plenos hicieron sangre de ellos; de hecho, uno tuvo que presentar la dimisión porque no pudo con la presión.
– ¿Sigue siendo duro?
– Todo necesita un rodaje, pero ese tiempo ya ha pasado. Cuando llegábamos jugábamos con las cartas del PSOE y ahora empezamos a jugar con las nuestras.
– Una de las prioridades es la limpieza. ¿Cómo va a notar el ciudadano ese incremento en el contrato?
– En el pliego vamos a establecer más horas y más personal. Buscamos una limpieza perfecta. No creo que los calagurritanos sean especialmente sucios, pero hay ayuntamientos que destinan el triple a limpieza que nosotros. Ahora vamos a ampliar el margen que permite la ley hasta sacar el nuevo pliego y va a salir antes de que cumpla el contrato.
Además lo vamos a hacer por la mitad de tiempo para que no volvamos a estar diez años atados con el contrato. Los calagurritanos no se merecen una ciudad sucia.
– El PSOE critica que la alcaldesa tiene policía a su servicio tras las pintadas.
– Vuelven a mentir, y en un tema muy sensible. Me parece muy feo que el concejal de Policía dijese que voy a necesitar cuatro gualdaespaldas porque no necesito ni uno. La alcaldesa de Calahorra no tiene seguridad.
– Resulta chocante que el PP tenga que sacar sus presupuestos con IU.
– Es verdad que Vox tendría que ser nuestro aliado natural. Si no somos hermanos, somos primos, pero hay veces que depende mucho de las personas. Con Vox no tendríamos problemas, el problema es la actitud que tiene su portavoz en Calahorra. Las veces que he acordado algo con ella ha terminado haciendo lo contrario.
Las propuestas de IU eran razonables y tenían un encaje perfecto en nuestro presupuesto y además es fácil llegar a pequeños acuerdos con Óscar Moreno. Yo, como alcaldesa sin una mayoría absoluta, necesito tener la garantía que los asuntos van a salir adelante y con Vox no lo hemos conseguido.
