La organización agraria ARAG-ASAJA insta a la revisión de los proyectos de megaparques de energías renovables con el fin de evitar la ocupación de suelo agrícola y su impacto directo en el espacio natural de riojano.
“Energías renovables sí, pero con sentido común y con total respecto a la actividad agraria, a los agricultores y ganaderos y a uno de los elementos más importantes a preservar para una comunidad como La Rioja, que es el paisaje del viñedo”, destacan.
Declaraciones que aluden a las últimas informaciones acerca de la futura instalación de ‘autopistas’ de alta tensión de Forestalia que está pendiente de resolución por parte del Ministerio de Transición Energética y Reto Demográfico del Gobierno de España, que se instalará a lo largo de Alfaro y Briñas ocupando suelo agrícola y afectando a espacios naturales de la región. ARAG-ASAJA muestra su preocupación por las consecuencias que conllevaría para la agricultura de esa zona.
“Estamos hablando de 220,5 kilómetros con más de 250 torres de hasta 70 metros de altura. No es el único reto que el sector tendrá que asumir. Aresol ya ha anunciado la instalación de otro megaparque de energía fotovoltaica instalado en terrenos agrarios de la zona de La Rioja Alta (600 hectáreas en Bañares, Hervías y Cidamón). Pese a que los responsables de la empresa aseguran que se han evitado terrenos vitícolas, a la organización agraria le consta que en sí que se instalará esa infraestructura en terreno de viñedo”, apuntan.
ARAG-ASAJA pertenece a la Coordinadora en Defensa del Paisaje porque “los principales defensores del paisaje del viñedo son los propios viticultores riojanos, son ellos quienes cuidan, protegen y engrandecen la campiña riojana, una de las más valoradas del mundo”. La organización insiste en que “la producción de energías renovables es fundamental y en la lucha por la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente están, más que nadie, los agricultores y ganaderos, pero esto no puede pasar por encima del trabajo y la viabilidad del sector agrario”.
