El Rioja

Cosechando experiencias: un enoturismo más conectado

En la encrucijada entre la tradición vitivinícola y la innovación digital, el enoturismo se embarca en una nueva era que transforma la experiencia de los amantes del vino. La digitalización ha tejido un hilo invisible entre las viñas, las bodegas y los visitantes, ofreciendo un viaje más enriquecedor y conectado. Algunas de las novedades que existen se van a presentar estos días en la 7ª Conferencia Mundial sobre Enoturismo de la OMT que estos días se celebra en La Rioja.

Las aplicaciones móviles se erigen como guías virtuales, llevando a los entusiastas del vino a través de rutas personalizadas por los viñedos. Desde la historia de cada cepa hasta los secretos de la vinificación, la información fluye en tiempo real, enriqueciendo la degustación con conocimientos profundos.

En esta sinfonía digital, el enoturismo se reinventa, fusionando el encanto atemporal de la tradición con la efervescencia de la era digital. Las bodegas, en su búsqueda de ofrecer experiencias memorables, abrazan la tecnología como aliada, permitiendo que cada copa de vino cuente una historia única en la encrucijada entre lo analógico y lo digital.

Enrique Martínez es presidente de SEGITTUR. Con una larga experiencia en los territorios inteligentes ha desarrollado su carrera profesional en distintos organismos y llega a Logroño con el objetivo de dar a conocer la Plataforma Inteligente de Destinos, un proyecto con en que España quiere colocarse a la vanguardia de los países turísticos utilizando la digitalización para mejorar ka experiencia turñistica y ifrecer servicios integrados de valor en destino.

El objetivo de la plataforma es integrar, relacionar y combinar datos públicos y provados para generar más inteligencia competitiva en los ecosistemas de los destinos españoles, también el enoturismo.

“Tenemos muchos datos sobre oferta y demanda de turismo, lo que ofrecemos los destinos y lo que buscan los turistas pero tenemos menos sobre qué pasa cuando el enoturista llega al destino, cómo se gestiona su estancia, qué sucede cuando ya está aquí”, explica. “Queremos tener datos sobre qué hace falta, la tecnología que necesitamos para conseguir esos datos, la semántica que hay que utilizar”.

Así ejemplifica en el entorno más cercano. “Es imprescindible saber en qué puede ayudar un ayuntamiento para que un destino mejore, qué servicios debería poner, ¿hacen falta autobuses para llegar a las bodegas?”. La Plataforma Inteligente de Destinos “está especialmente enfocada a ayudar a esas pequeñas bodegas porque las grandes ya tienen ese tipo de servicios, por esas mismas bodegas grandes también podrían completementar los servicios que dan para mejorar la calidad turística de sus visitanets”.

Lo lleva a Logroño. “Sería interesante tener un portal de enoturismo desde el consistorio para dar visibilidad a su propuesta enoturistica, proyectar así un enoturismo más profesional y ahí ver qué pasa mientras está el turista en la ciudad, qué necesidades tienen ellos y el sector en lo referente a transporte, a retirada de residuos, a información…”

Giorgio Delgrosso es el Jefe del Departamento de Estadística y Transformación Digital de la ‘International Organisation of Vine and Wine’ (OIV) desde 2017. Para él, los datos son información y la información es la llave que da acceso de los millones de potenciales enoturistas que existen. “Hace tres años comenzamos con un proyecto mundial para hacer más fiable la recogida de datos”, comenta explicando que “realmente no tenemos datos concretos de cuántos enoturistas hay en el mundo porque cada bodega, cada región, cada país recoge los datos de una forma distinta”.

En proyecto en que trabaja va enfocado a eso. “Dar las pautas para estandarizar esa recogida de datos, tanto de oferta como de demanda, y que puedan ser mucho más fiables y precisos que los que tenemos ahora”. La cuestión pasa por ofrecer indicadores de medición que sean los mismos en todos los países para así poder hacer comparativas y poder tomar decisiones.

“Los datos a día de hoy son fundamentales y cada vez más importantes porque es la única forma de tomar decisiones de manera objetiva y precisa tanto por parte de los responsables de las políticas públicas como por parte de las bodegas e incluso por parte de los propios turistas”. El problema para Delgrosso es, por un lado, “la falta de motivación”, y por otro, la estructura fragmentada del sector: “todas las bodegas no tienen las mismas posibilidades por eso estamos buscando una fórmula estandarizada que valga para todas ellas”.

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