El Rioja

SIGIS demuestra cómo combatir la polilla de racimo mediante confusión sexual

Los asistentes al Foro DATAGRI en Logroño pudieron conocer de primera mano el proyecto SIGIS para combatir la polilla de racimo mediante confusión sexual promovido por Grupo Rioja dentro de las demostraciones en campo que se ofrecieron en la segunda jornada.

DATAGRI nació en 2018 con el objetivo de impulsar el proceso de transformación digital en el sector agroalimentario, ofreciendo ponencias y exhibiciones que permiten experimentar los efectos de la digitalización para innovar, cooperar y divulgar sus avances.

Técnicos de BIOGARD (CBC IBERIA) y ENCORE LAB mostraron el sistema a los numerosos grupos de asistentes a que acudieron a la Finca Institucional de La Grajera, compuestos tanto por profesionales como estudiantes implicados en la industria agroalimentaria.

Para ello instalaron en un viñedo de la finca la estación agroclimática, varios difusores electrónicos de feromonas y las trampas que componen el sistema de gestión inteligente de confusión sexual con emisión variable de feromona en el que se centra el proyecto SIGIS.

La Lobesia botrana, conocida comúnmente como ‘polilla de racimo’, puede provocar graves daños en el viñedo, pero las directrices medioambientales y de seguridad alimentaria requieren sustituir el uso de fitosanitarios por productos alternativos que tengan la misma o mayor eficiencia manteniendo los costes.

Una alternativa cada vez más común para combatir a este insecto es la técnica de la confusión sexual, que permite reducir insecticidas creando una nube agregada de feromona que dificulta a los insectos sus encuentros para el apareamiento. Consiste en liberar en el ambiente un análogo sintético de la feromona sexual de los insectos con el objetivo de inhibir, dificultar y/o retrasar los emparejamientos, disminuyendo su potencial reproductivo, la proliferación de nuevos insectos y por tanto la necesidad del uso de insecticidas.

El sistema que desarrolla el proyecto SIGIS integra distintos dispositivos. Por un lado, las trampas electrónicas, capaces de proporcionar información del vuelo de los adultos en tiempo real. Estas trampas, además de las tradicionales curvas de vuelo, facilitan información precisa sobre el inicio del vuelo en cada generación.

Los difusores electrónicos, repartidos por el viñedo, permiten emitir la feromona de forma variable, en función de la evolución de la plaga. Por último, las estaciones agroclimáticas cumplen un doble cometido: con sus sensores facilitan información climática precisa y, adicionalmente, incorporan el gateway que posibilita la comunicación con los difusores electrónicos. Al poder conectar todos los dispositivos a la nube, se analizan todas las fuentes de información para tener una referencia más precisa de la plaga y adaptar la emisión de la feromona en consecuencia.

El proyecto se desarrolla en dos subzonas de la DOCa Rioja, concretamente en los municipios de Haro y Alfaro. Se instaló el sistema completo en dos parcelas de 10 hectáreas y, adicionalmente, una red de monitoreo con trampas electrónicas y convencionales en varias parcelas cercanas. Los técnicos han podido recoger y analizar los datos recabados aunando la información de los vuelos detectados con las trampas, los datos meteorológicos de temperatura, humedad y lluvia y la evolución de la plaga, lo que permitirá tener un modelo localizado para cada región y adecuar el funcionamiento de los aerosoles para optimizar la difusión de feromonas en los momentos en los que sea necesario por la presencia de la plaga.

En su objetivo de mejorar las prácticas sostenibles en el sector vitivinícola, Grupo Rioja promueve el proyecto SIGIS en alianza con las empresas tecnológicas ENCORE LAB y BIOGARD (CBC IBERIA), que realizan el trabajo de campo con Bodegas Bilbainas y Bodegas Campo Viejo (PERNOD RICARD).

El incremento en el uso de la técnica de confusión sexual en el viñedo en los últimos años se debe principalmente a la eficacia demostrada y al bajo impacto ambiental del sistema. En España, más del 10 por ciento de la superficie de viñedo utiliza sistemas de confusión sexual y este porcentaje sube hasta al 20% en la DOCa Rioja.

Actualmente están disponibles diferentes productos comerciales basados en difusores de feromonas que podemos reunir en dos tipologías: difusores pasivos y aerosoles. Los primeros, más comunes, se componen de un sustrato plástico desde el que se libera la feromona de forma constante en función de las temperaturas. Los segundos son aparatos electrónicos que liberan la feromona contenida en bombonas presurizadas según un programa previamente definido.

Ambos sistemas impiden adaptar la cantidad de feromona liberada a las necesidades reales que se presentan en el viñedo, al no tener en cuenta factores tan importantes como las variables climáticas, que influyen tanto en el desarrollo de la plaga como del viñedo.

Por ello, el Proyecto SIGIS aprovechará los avances de IoT (internet of things) y de inteligencia artificial (IA), para desarrollar un nuevo sistema inteligente para el control de L. botrana adaptado a las características de La Rioja, que permitirá maximizar su eficacia y contribuir a su prevención en un escenario de cambio climático.

Conseguido un modelo de curva de vuelo adaptado a cada viñedo, será posible modificar la programación de los aerosoles de forma remota para modular la emisión de la feromona en función de la actividad de la plaga. De esta forma se logrará tener un sistema adaptativo y modelado de manera específica para La Rioja, que se basará tanto en el histórico como en la toma de datos en tiempo real.

Con una duración de tres años y un presupuesto de 298.000 euros, el Proyecto SIGIS cuenta con una subvención cofinanciada por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER), el Ministerio de Agricultura y el Gobierno de La Rioja.

Grupo Rioja promueve proyectos de investigación para mejorar la calidad de los vinos y la sostenibilidad de Rioja, favoreciendo la competitividad de sus bodegas y, por extensión, de toda la Denominación de Origen. Los resultados del trabajo serán transferidos a todo el sector vitivinícola, lo que fomenta su competitividad y la gestión sostenible de recursos, permitiendo disminuir el impacto medioambiental de la actividad.

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