El Rioja

Una sala polivalente para encumbrar el oficio de sumiller

En el número 9 de la calle Mercaderes de Logroño ahora ya sí huele a vino. Son días de preparativos y emociones en el Centro de la Cultura del Rioja que ya ha acogido su primera cata en las rehabilitadas instalaciones con una gama de vinos internacionales que inauguran el ciclo de estos encuentros enológicos que ya tiene definido su programa para los socios adscritos hasta finales de año (la próxima cita será el 16 de noviembre a las 18:00 horas). Por el momento, estas actividades se realizarán en el Botellero, una sala de cata habilitada de manera provisional para estas actividades técnicas mientras se ultiman los detalles para el uso del Aula Juan Marcos Gutiérrez, inaugurada a finales de octubre y que servirá como sede para acoger catas pero también talleres y debates en torno al mundo del vino.

Este aula, cedida por el Ayuntamiento de Logroño, es una sala amplia y polivalente abierta a un sinfín de posibilidades para explotar la sumillería en materia de formación en diferentes vertientes. Un espacio con aforo para unas 30 personas que actuará como sede principal para los eventos formativos de la Asociación de Sumilleres de La Rioja. Pero además es un aula que evoca al recuerdo con su nombre, ya que es un homenaje al que fuera socio fundador de esta Asociación. “Una persona excepcional que representa para nosotros algo muy inspirador”, describe el actual presidente de la Asociación, Chefe Paniego.

Cata inaugural el pasado lunes en el CCR de la mano de la Asociación de Sumilleres de La Rioja

Este ha sido una de las figuras clave en la reconversión de los objetivos de esta Asociación para abordar la formación del personal de sala del futuro y hacer de La Rioja un referente en este sector. Todo comenzó a raíz de la pandemia del COVID-19, tiempo que dedicaron a crear cursos y talleres formativos para apoyar a la hostelería. Ahora, con este Aula y el CCR “se ha sembrado la semilla de este centro de estudios con el que se pretende ser referente para que los futuros jóvenes y futuras promesas se incorporen al sector de la hostelería y la sumillería”.

Aunque la mayor parte de las actividades organizadas estarán dirigidas a los asociados también habrá posibilidad de abrir algunas al público general. Y es que el interés de esos jóvenes ya se palpa, pero hay que conseguir que estos sean expertos no solo en La Rioja, sino en la sumillería en general. “Han de ser capaces de salir a otros restaurantes de calidad del mundo y llevar la bandera de esta región para introducir nuevos vinos en las cartas de estos lugares. Ese es el verdadero objetivo, es decir, que con el tiempo podamos proyectar más Riojas en las cartas de los grandes restaurantes, porque la realidad es que el sumiller riojano se ha quedado en La Rioja y ejerce su labor en La Rioja, por eso hay que trabajar duro”.

Son conscientes del camino largo y complejo que se presenta frente a ellos para conseguir formar equipos y educar a expertos sumilleres. “La sala, ese lugar en el que ocurre todo de cara al cliente porque todo está hecho para él, ha ido ganando experiencia porque todos hemos entendido la importancia que la gastronomía riojana está teniendo en nuestro país”, resalta Paniego.

Este proyecto y este Aula, por tanto, son un eje estratégico con visión y miras altas que avanza con paso firme y es que el valor de la sumillería está cada vez más instaurado, con una figura de un experto en vinos que a su vez sepa comunicar y transmitir. “Personal que descubre tesoros a quienes visitan La Rioja, ofreciendo información constante de nuevos viticultores que hacen grandes vinos mientras sacamos de nuestros botelleros botellas de grandes clásicos que enamoran. La Rioja es enorme en calidad y cabe todo el mundo y esto para nosotros es un privilegio contarlo. Como dijo nuestro querido amigo Ferrán Centelles: ‘Los sumilleres son el eslabón clave para potenciar el trabajo de las bodegas de cara al cliente. Su labor es aumentar el valor de una botella'”.

Subir