El Rioja

Chefe Paniego: “Queremos que las bodegas se sumen a la Escuela de Sumillería”

Desde que en 1999 se crease la Asociación de Sumilleres de La Rioja, este sector encargado de acercar el trabajo de los elaboradores de vino al público consumidor ha vivido épocas de ralentización y otras de mayor expansión, como en la que se encuentra inmerso en la actualidad. Con la recién reapertura del Centro de la Cultura del Rioja (CCR) en Logroño, tras siete años cerrado a cal y canto, el afán de abordar la creación de una Escuela de Sumillería avanza viento en popa con cientos de planes sobre la mesa para hacer de este espacio un lugar propicio para el desarrollo de los futuros embajadores del Rioja.

A manos de estos proyectos se encuentra el presidente de la Asociación, Chefe Paniego, que no ha descansado ni un solo día por ver uno de sus sueños hecho realidad. Pero esto es solo el principio. Por delante se dibuja ahora todo un escenario de posibilidades para situar a esta región vitivinícola como referente también en la sumillería.

– ¿Cuándo comenzaron a darse esos primeros pasos en la sumillería riojana?

– Cuando se creó la Asociación a nivel nacional la gastronomía había iniciado un camino imparable y nuestra cocina riojana, cada vez más reconocida, necesitaba buenos equipos. Era un tiempo en el que los bares seguían siendo lugares de chateo y poco a poco se empezaba a salir de aquella restringida variación en la selección de vinos. En La Rioja también asistíamos a grandes cambios. Rioja estaba despertando y los sumilleres buscábamos nuevas referencias con otros estilos de vino, además de fijarnos ya en otras regiones y países. También teníamos muy en cuenta el trabajo de otros grandes profesionales del país. Pero mientras la gastronomía había dado en esos años un paso adelante, no había ocurrido lo mismo en el mundo del vino y de su atención en la sala. Íbamos como quien dice en el “vagón trasero” de esa gran revolución gastronómica. Fue ahí cuando vimos que era clave atender el vino en la sala de nuestros restaurantes, ocuparnos de su cuidado, atención y servicio porque los gustos de los consumidores, cada vez más informados e influenciados por prescriptores y críticos, también han evolucionado.

– ¿Cómo ha evolucionado el sector en la región?

En la Rioja los sumilleres hemos ido asistiendo a transformaciones importantes en la viticultura y en la enología en las que la libertad creativa por parte de los enólogos se percibe mucho más. Hemos recibido con buenos ojos la aparición de variedades minoritarias que ya se están convirtiendo en buenas compañeras de viaje y forman parte de nuestras cartas de vinos y hemos ido transmitiendo a nuestros clientes todo lo que ha ido pasando durante estos ya 24 años. Creamos el relato del vino, palabra tan de moda para contar una historia relevante, y es lo que hacemos redescubriendo clásicos a la par que a los nuevos viñadores de Rioja que están apostando por hacer vinos más frescos y expresivos. El cliente entiende la gran revolución que se está dando, pero al mismo tiempo valora también esa madurez y tiempo. Y así lo contamos en nuestras cartas de vinos. Esta proyección e impulso del vino que realiza la figura del sumiller es nuestro principal objetivo.

– ¿Qué ha supuesto la reapertura del CCR para ese impulso de la sumillería en esta tierra de vino?

– Tanto nuestro Gobierno como el Ayuntamiento de Logroño y la propia Universidad de la Rioja ven con buenos ojos que todos juntos nos centremos en mejorar la formación de los profesionales que cuiden el servicio del vino en la sala. Con la reapertura del CCR, el Ayuntamiento de Logroño ha adquirido un compromiso muy interesante con la Asociación y estamos agradecidos porque este proyecto debe convertirse en una cuestión estratégica de región que aportará valor. Siempre me ha parecido ejemplar el hecho de aprovechar las oportunidades, creer que siempre hay algo que hacer para mejorar, no quedarse quieto y menos en estos tiempos. La región merece buenos profesionales y la Asociación de Sumilleres propone actividad y movimiento. Las escuelas de sumilleres son hoy un lugar en el que se deben formar los nuevos sumilleres del futuro y aquí a La Rioja llegan nuevos socios. Crecemos y estoy convencido de que lo haremos bien, tal y como la región se merece.

– ¿Cómo definís esa relación entre los sumilleres y el sector vitivinícola?

– Llevamos mucho tiempo diciendo que bodegas y sumilleres “compartimos” clientes que viajan por nuestra región sin sentirse cautivos de un solo negocio, bar o restaurante y de la importancia que esto tiene para que todos lo hagamos bien. Hemos pasado los últimos cuatro años hablando con todo el mundo de vino y gastronomía y sobre la importancia del oficio de “atender y cuidar” en la Rioja. Por eso somos nosotros quienes tenemos que poner el acento en la profesionalidad de la sala que acompaña a una cocina cada vez más reconocida y creo que así lo estamos haciendo y se está notando. Aquí se atiende bien y se cuida cada vez mejor. Nos hemos convertido en referentes y esto es algo que se percibe y perciben desde fuera.

– La Asociación ya tiene fijado su programa de actividades hasta finales de diciembre. ¿Qué planes hay en el CCR?

– De momento todo está pensado para los socios y aquellos que quieran entrar en la asociación. Nuestra intención es concienciar sobre la necesidad de introducir en Rioja mejores propuestas formativas para la sumillería y para esto estamos creciendo como asociación y diseñando nuevos cursos y actividades. Al final el CCR es un edificio muy especial que va a tener mucha vida en cuanto a planificación en torno al mundo vitivinícola. Esperamos llegar a buenos acuerdos con la Universidad de la Rioja para los cursos del 2024, mientras que las catas, talleres y debates se harán en la nueva sala que el Ayuntamiento ha cedido a la asociación y que hemos inaugurado con el nombre Aula Juan Marcos Gutiérrez. Un homenaje a una persona excepcional que fue socio fundador de la asociación y representa para nosotros algo muy inspirador.

– ¿Y cómo valoran el interés del público joven por esta profesión?

– Yo creo que el oficio de sumiller está hoy muy valorado. En este momento hay nuevos interesados en formar parte de nuestra Asociación, gente joven que quiere aprender. Hemos realizado ya dos cursos de Formación para el Empleo, pero tenemos que continuar trabajando también mientras se diseñan nuevos cursos atractivos para esta región. Y es que formarse en La Rioja tiene que suponer una experiencia muy completa.

– Hay más entidades y empresas que apuestan por esa formación. ¿Trabajaríais de la mano?

– Así es. En La Rioja hay muchos grupos de catas. Lo hace la Cofradía del Vino y el Club de Catas, por ejemplo. También el Consejo Regulador propone aprendizaje y formación sobre Rioja y es que es importante crear embajadores de Rioja. Actualmente algunas bodegas se han certificado como formadoras y proponen cursos de iniciación a la sumillería y sí, a ellas les diría que confíen en nosotros y trabajemos juntos. Nosotros hacemos propuestas para que de aquí en adelante se promueva un aprendizaje diferente y con objetivos mucho más ambiciosos. Vamos a intentar que tanto bodegas como parte del sector se sumen al proyecto porque la Escuela de Sumillería hace un trabajo enorme en la región en la que se instala.

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