La Rioja

La burbuja de venta de bicicletas ‘pincha’ tras el boom de la pandemia

Primero fue el papel higiénico, luego la harina y con el desconfinamiento tras la pandemia llegó el boom de las bicicletas. Todo el mundo quería una para salir a pasear al aire libre. Muchos se animaron a convertir el ciclismo en algo habitual en sus vidas. En 2020 se vendieron en España 1.565.233 bicicletas, un 24 por ciento más que el año anterior, una tendencia que se replicó también en los comercios de La Rioja. Tres años después, la burbuja de la venta bicicletas ha pinchado y aunque las cifras son similares a las de 2019 nada tienen que ver con las de los últimos años.

Pedro Ruiz, de Pasión Ciclista en Logroño, lo tiene claro. “Tenemos un descenso porque venimos de un pico muy alto después de la pandemia”. Son muchos los factores que achaca a esta paralización de las ventas. “Lo primero es la situación económica de las familias, la subida de los precios y de las hipotecas hace que la gente aguante un poco más con la bici que tiene y pospone la compra”.

Además el problema central no viene tanto de la falta de demanda como del exceso de oferta. Si hubo un tiempo en el que parecía que las fábricas no daban a basto a suministrar bicicletas e incluso había listas de espera, ahora son muchas las que tienen en sus estocajes. Eso supone otra situación y es que cada vez se innova menos en la fabricación ante la acumulación de bicicletas sin vender.

Los últimos años ha habido toda una carrera entre gente que se aficionaba a la bicicleta pasados los 40 años y decidía comprarse lo último del mercado. Las marcas trasladaban al ciclista aficionado las innovaciones de las bicicletas profesionales. La fiebre por tener ‘lo último’ era enorme, pero parece las grandes evoluciones han terminado. “Hay que vender primero las que están en las fábricas”.

Este exceso de demanda además está provocando una bajada de precios. Algunas tiendas tiene que sacar las bicicletas que acumulan en los almacenes y bajan los precios y eso tira del resto del sector por lo que los márgenes están siendo muy bajos. “Nosotros este año, por ejemplo, vamos a hacer una facturación parecida a la del año pasado pero teniendo que vender mucho más”, comenta Pedro.

Pudiera parecer que la gente ha dejado de andar en bici, pero no es así. Miguel Ángel Pérez tiene una tienda en Rincón de Soto y otra en Pamplona, además en ambas cuenta con talleres de reparación. “El problema es que los gastos de los que no nos podemos quitar están subiendo, como la hipoteca o la compra, y la gente decide dejar para más adelante la compra o el cambio de la bici”, asegura. En el taller las reparaciones siguen siendo constantes. “Y eso es que la gente no ha dejado de andar así que la bici ha venido para quedarse”.

La Navidad para ellos ya no es el momento más esperado del año. “Es sector se ha desestacionalizado, antes sí que era así pero ahora la gente las compra en cualquier momento del año, el verano cada vez es más largo y este momento de otoño suele ser también muy bueno”.

Y mientras la bici convencional sí que está en un ‘parón técnico’ hay dos subsectores que lo están ‘petando’. Por un lado, la bicicleta urbana y por otro la eléctrica. “La urbana va muy bien pero como los precios son menores se nota menos en los números globales de las tiendas pero es verdad que cada vez más gente opta por bicis para andar por las ciudades, posiblemente porque cada vez es más fácil y por cuestiones de medioambiente, salud y ahorro de gasolina”.

Las eléctricas son las que se están llevando gran parte del pastel. Pedro asegura que la cifra de negocio está incluso superando a la bicicleta habitual. Miguel Ángel además añade que “nos ha permitido diversificar mucho más al cliente porque ahora no hace falta tener un gran estado físico para poder subir a Yerga o a Moncalvillo sin dejarte la vida en ello y eso ha animado a mucha gente a aficionarse al ciclismo”.

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