Al igual que los políticos recurren a los cien días de cortesía antes de afilar las espadas contra la gestión de sus adversarios, las infraestructuras también necesitan de un periodo de latencia antes de evaluar su correcto funcionamiento. En el caso del aparcamiento provisional de la nueva estación de autobuses de Logroño, su primer mes de ‘vida’ ha servido para evidenciar posturas confrontadas respecto a su uso y funcionalidad.
Con una capacidad para un centenar de vehículos y dos bandas de ‘superrotación’ en las que solo se puede hacer uso de las plazas durante un máximo de 15 minutos, sus usuarios se dividen entre quienes ven el parking medio lleno y quienes lo aprecian medio vacío.
“Me gustaría saber por qué cuando vas a buscar a alguien a la estación nueva no puedes aparcar en el aparcamiento, siempre está lleno”, plantea una de estas usuarias, deslizando que los vecinos del entorno puedan estar utilizando estas dependencias para aparcar sus vehículos ‘de continuo’.
“O lo hacen de pago o va a ser imposible aparcar”, advierte otro vecino, quien plantea que se fije una tarifa “entre zona azul y parking subterráneo, con ofertas por días para gente que va y viene todos los días en autobús”. En una línea similar, otro usuario sugiere “que se asigne un código con el billete que dé acceso al parking durante unos minuto”.
También hay quien recurre a la ironía y propone soluciones alternativas para los usuarios que encuentren lleno el aparcamiento: “Que aparquen en la calle peatonal General Espartero -a escasos metros de la estación-, porque parece ser que no multan y hay más de quince coches aparcados, además de furgonetas”.
Otro vecino, visiblemente enfadado, tacha de “una vergüenza” que “la gente utilice el parking de la estación para aparcar ahí siempre como norma, cuando ese parking es para la estación”. “Luego dejas el coche en doble fila y te multan, ¿por qué no multan a los que aparcan en ese parking por gusto, quitando plazas a quien realmente las necesita?”, se pregunta, invitando al Ayuntamiento a “hacer algo”.
Al otro lado del debate se sitúan quienes no aprecian problemas de ocupación en el aparcamiento: “El domingo pasado fui a dejar a mi hijo y no tuve ningún problema porque había varios sitios libres, pero seguro que hay quien se aprovecha de ellos; y no para dejar o recoger gente en la estación”.
Sin ir más lejos, otra usuaria defiende que “la Policía Local suele pasarse a menudo a vigilar que no se ocupen las plazas de corta estancia y en ellas siempre suele haber sitio cuando vas a recoger a alguien”.
