Toros

Fabio Jiménez presenta sus credenciales al ‘Alfarero de Oro’

Fabio Jiménez ha brindado una gran tarde toros en Villaseca de la Sagra, dentro del ‘Alfarero de Oro’, posiblemente el certamen de novilladas más importante a nivel nacional en la actualidad. Moldeó Jiménez una obra de genial expresión, excepcional gusto e inefable inteligencia en su primer turno. Desde el saludo a la verónica hasta la, por fin hoy, estocada final.

Lanceó de salida con gusto, soltura, temple, empaque y enjundia. Jugando siempre muy bien los brazos y ganando terreno en cada lance. Pecho, cintura y compás, que es lo que viene a ser el toreo. Siempre la suerte cargada y siempre todo el peso del joven alfareño sobre la pierna de salida para recoger los generosos y nobles viajes que iba regalando el tal ‘Habilidoso’ de Cebada Gago.

Empujó el bonito novillo de Cebada en el peto con más fuerza que fijeza, saliendo del caballo con la suavidad soñada en la embestida. Aquel dulce ir y venir del novillo fue recogido otra vez por la capa de Jiménez con las mismas virtudes que antes; mucho más mecido y templadito todo ahora. ¡Qué forma tan deliciosa de torear con el capote! Se dolió el novillo en banderillas y fue entonces cuando la muleta de Jiménez fue dándole al ‘cebadita’ la suavidad, el tacto y la delicadeza que necesitaba. Citaba Jiménez con los vuelos para alargar los muletazos con una naturalidad asombrosa. Brotaron naturales infinitos llenos de torería y gusto. Nacía el toreo con la despaciosidad que sólo poseen los elegidos. Con inteligencia también; pues exactas fueron las distancias, precisos los tiempos y acertados los terrenos. Interpretó el toreo al natural por el pitón derecho, epilogando una serie con una natural de brutal precisión e inabarcable grandeza. ‘Habilidoso’ embistió con una calidad supina y un tranco formidable.

El final del trasteo, ayudado ahora por abajo, fue otro canto a la pureza. Dejó una gran estocada, que ya de por sí, podía haber valido la oreja con la que se premió tan gran obra. Fabio Jiménez hizo todo genial.

Foto: J.L. Cárdenas

‘Reboltoso’ hizo cuarto para embestir con esa misma b de brusquedad. Jiménez tiró de valor y arrojo para asentar las zapatillas y volver a intentar interpretar su caro concepto del toreo. La firmeza presidió aquel trasteo de imposible ejecución. Pese a todo, por momentos, Jiménez corrió bien la mano y se impuso a aquellas desordenadas y violentas del novillo de Cebada.

Peligroso fue el que hizo primero, que, con los lidiados en quinto y sexto lugar vinieron a ser los de peores hechuras y comportamientos. Firme y valeroso se mostró ante tal adversidad Víctor Barroso. Más flojito, pero de gran calidad vino a ser el que hizo cuarto. Barroso tiró de firmeza y sus ganas de ser torero se tradujeron en un trasteo de excesiva duración, máxime cuando el toro de Cebada ya casi se había apagado. Voluntariosa podía ser la definición de su tarde.

No terminó de aprovechar las buenas condiciones del tercero Ismael Martín. Se desplazaba largo el novillo de Cebada Gago. También con trasmisión, alegría y capacidad de repetición. Exprimió tales virtudes demasiado pronto Martín y el novillo terminó parándose demasiado pronto. En esta ocasión, el novillero puso la brusquedad en la escena. Además, su muleta fue tropezada con demasiada frecuencia. Banderilleó, ahora sí, con lucimiento en el sexto, al que había recogido en un saludo vibrante a la verónica. Pero hete aquí que el de Cebada empezó a desarrollar sentido, a saber lo que se dejaba detrás y a no pasar mucho más allá de los embroques. No volvió la cara Ismael Martín y hasta fue prendido de muy feas formas al entrar a matar.

Plaza de toros de Villaseca de la Sagra (Toledo). 1ª de la feria del ‘Alfarero de Oro’. Tres cuartos de plaza. Seis novillos de Cebada Gago, desiguales de presentación y exigentes en conjunto. Destacaron los lidiados en segundo, tercer y cuarto lugar. Complicados y con peligro los otros tres.

– Víctor Barroso: silencio en ambos.

– Fabio Jiménez: oreja y silencio tras aviso.

– Ismael Martín: silencio en ambos.

Se desmonteró Víctor Nieto tras la brega en el cuarto y al romperse el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo por las víctimas mortales a causa de las últimas tormentas.

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