Insufrible, insoportable, inaguantable… La fuerte insolación sobre una masa de aire cálida que ha dado lugar a otra ola de calor desde este fin de semana nos tiene cual zombis por las calles riojanas.
El fin de semana ha sido duro. Mucho. Por el día y por la noche, porque casi ha sido peor abrir el balcón para coger el sueño. Las máximas este sábado alcanzaron en La Rioja los 39,7 grados en Logroño, 37,9 en Nájera o Calahorra o 37,7 en Haro. Pero es que las mínimas en la capital riojana no bajaron de los 23 grados.
El domingo la situación no varió mucho. Las piscinas fueron el refugio preferido de los riojanos porque las máximas volvieron a marcar los 39,6 grados a las 17:30 horas en Logroño o los 38,2 y 38 en Calahorra y Haro respectivamente. Las mínimas tampoco bajaron de los 22 en la capital riojabajeña o los 21,8 de Alfaro.
Y si alguien pretendía respirar con el comienzo de semana, que se vaya olvidando. Este lunes, según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Meteorología, Agoncillo se ha convertido en la ‘sartén’ riojana con 39,5 grados, seguido de Logroño con 39,1, Alfaro con 38,2 o Nájera con sus 37,9 grados.
Según la propia Aemet, esta situación se extenderá probablemente al menos hasta el viernes, cuando el notable descenso de temperaturas pondrá fin a una ola de calor que, durante esta semana seguirá proporcionando noches tropicales donde los termómetros no bajarán de los 23 grados.
