El Rioja

Pablo Franco: “Las cartas no son un sistema de castigo sino de optimización”

Pablo Franco: “Las cartas no son un sistema de castigo sino de optimización”

La vendimia está a punto de coger velocidad de crucero en Rioja. A pesar del retraso, estimado en más de una semana con respecto a la campaña anterior, en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) todo el mundo piensa ya en uvas, cunachos y tolvas. El runrún estos días en Rioja Oriental, a raíz de las cartas que ha enviado el Consejo Regulador para advertir de posibles excesos de producción, monopoliza todas las conversaciones.

Esta semana, entre el lunes y el martes, se remitirán nuevas misivas con destino a Rioja Alta y Rioja Alavesa. A partir de este domingo (20 de agosto), los técnicos del Consejo Regulador comenzarán a pasar por las diferentes parcelas de Rioja Oriental para confirmar cuáles tienen o no tienen exceso de producción, determinando en consecuencia su posible descalificación.

El director técnico del Consejo Regulador, Pablo Franco, es un firme defensor del proyecto de inteligencia artificial (IA) que se ha puesto en marcha en esta vendimia, ya que sólo busca contribuir a mejorar la calidad de Rioja y con ello ser aún más competitivos en los mercados.

“Hasta esta campaña, lo habitual era hacer dos visitas al campo para determinar si había exceso de producción: una para comprobar e informar al agricultor y otra, posterior, para comprobar que el agricultor había retirado la uva excedente”, explica. Ahora, la primera visita se realiza mediante un sistema que analiza imágenes de satélite digital. A través de más de 160 parámetros, un programa basado en la inteligencia artificial determina cuál va a ser la producción de cada parcela.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

“Es un programa que estrenamos este año y que, como todos, tenemos que seguirlo educando para que sea cada vez más preciso”, apunta, poniendo el acento en que este primer año va a ser de gran ayuda. “También entendemos que en algún viñedo podría haber desviaciones sobre lo estimado, motivado por las características de cultivo o alteraciones particulares en esas viñas. Lo relevantes es que luego se podrá confirmar con las visitas a pie de campo”. Y es que la segunda visita se hará, como siempre, a pie de viña. “Las cartas aportan información para que el agricultor sepa cuáles son las previsiones de su finca para esta campaña”.

Muchos agricultores se han quejado porque en sus viñas nunca han tenido excedentes y, según las misivas del Consejo Regulador, este año las tienen. Franco da una explicación a eso. “Es una campaña en la que ha habido una gran fertilidad, provocando tener un número mayor de racimos, que a su vez son más grandes. Si tenemos en cuenta los datos de los primeros controles de maduración, el peso del grano de uva es sustancialmente mayor que los últimos años. Por tanto, esto se traduce en unas expectativas de producción altas. Una situación que llevamos indicando desde hace meses”.

Pese a cierto malestar en el campo riojano, Franco se muestra confiado con el “buen hacer” de los viticultores. “Sin duda, adoptarán las mejores decisiones para producir uva de gran calidad y dentro de los rendimientos de producción autorizados (5.850 kilos por hectárea en tintas y 9.000 en blancas). El que esté seguro de que su finca no tiene excesos no tiene por qué tocarla”.

Fincas dañadas por la piedra, incluso fincas con hierba en sus suelos pueden hacer que el sistema, basado en modelos predictivos, no haya determinado al cien por cien la producción final de la parcela. “El viticultor es soberano y es él quien tiene que decidir si entrar a quitar uva o no”, detalla el director técnico del Consejo, recordando que las condiciones se saben desde hace meses y son muchos los que han ido aclarando para que las condiciones de la viña sean las más óptimas para sacar la mejor calidad de sus uvas.

“Si miramos los datos macro, el programa ha hecho una correcta estimación indicando correctamente las zonas de mayor producción de Rioja. En los datos micro pudiera suceder que alguna estimación presente desviación, motivado por lo antes dicho y que se determinará con más precisión con las visitas de los técnicos. Donde se haya hecho intervención no va a haber problemas y donde no se haya hecho, si cumple con el pliego y las normas de campaña, tampoco”, añade.

FOTO: EFE/Raquel Manzanares.

Así, con el modelo de Inteligencia Artificial el control de las viñas de Rioja es totalmente horizontal y esto ha hecho que se haya intensificado el número de cartas remitidas. “No sabría decir cuántas se han enviado, pero está claro que han sido más que otros años porque el sector llegó al acuerdo de llevar al equilibrio la denominación. No es un sistema de castigo sino de optimización para cumplir con una grandísima calidad”.

Con respecto a la certificación de las cartas, Franco aclara que ya se avisó de que este año no iban a ir certificadas. “Dependemos de Correos y es verdad que a algunos han tardado en llegarles, pero el agricultor es el que tiene que saber si su finca tiene o no exceso. Con carta o sin carta del Consejo Regulador”.

Por ello, el director técnico reitera la confianza en los viticultores de Rioja. “Estamos seguros de que con carta o sin carta, con intervención o sin intervención, los agricultores van a tener en las mejores condiciones las fincas cuando pasemos estos días y que no va a haber tantas descalificaciones como la gente puede suponer”.

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