Toros

La espada priva a Fabio Jiménez del triunfo en Villalpando

De haber acertado Fabio Jiménez con la espada a la primera y no la última, su presencia en la final del Circuito de Novilladas de Castilla y León estaría asegurada. Ahora habrá que espera al miércoles, cuando el jurado del certamen haga público cómo ha valorado la actitud y la expresión de los novilleros participantes.

A decir verdad, Fabio Jiménez ha puntuado alto en esas dos facetas. Sobre todo, en su primero, donde hizo valer su inteligencia, su madurez, su conocimiento de la lidia y su firmeza.

FOTO: Pablo Barroso

Porque firme fue toda su actuación. Desde el enjundioso y nutrido saludo con el capote hasta la suave manera de citar con la muleta, la forma esperar a su enemigo y correrle la mano, algo que llegó con el temple, el gusto y toda la profundidad y el buen trazo que permitió un novillo de Raso del Portillo de buenos inicios y malos finales. Supo remendar Jiménez aquellos malos finales con recursos de mucha torería. Siempre ofreció Jiménez el medio pecho en un trasteo que también tuvo la medida exacta. La tanda más maciza y rotunda llegó al final, también por el izquierdo, citando de frente, con los talones enterrados en la arena e impregnando todo aquello de un concepto torero rebosante de clasicismo. Pero llegó el turno de la espada y… ¡Ay la espada, Jiménez! ¡Qué pena!

Un auténtico toro con el hierro de ‘Los Lastrones’ saltó en tercer lugar al ruedo de Villalpando. Castigó en exceso Jiménez a su enemigo en el caballo y este llegó al último tercio un tanto parado, saliendo desentendido de cada muletazo y con la cara por las nubes. Volvió el novillero de Alfaro a mostrarse firme y decidido, que no era poco. Lo mejor del trasteo llegó con los de pecho. Nuevamente, Jiménez se atascó con los aceros.

FOTO: Pablo Barroso

Lo importante que será la espada, que Pepe Luis Cirugeda cortó las dos orejas de su primer oponente gracias a su habilidad con el estoque. También porque recibió una fuerte voltereta de la que volvió a la cara de su enemigo sin mirarse y también sin apretarse en exceso. No hubo aquella firmeza de plantas que tuvo Jiménez, ni tampoco aquel sentido de la lidia; el quite por gaoneras y el inicio de faena con un cambiado por la espalda no se adivinaban como lo más adecuado. Pero, como dije, entre la voltereta y la estocada, Cirugeda cortó las dos orejas del correoso novillo de ‘Los Lastrones’.

Mucho más gusto y mayor asentamiento llegó por parte de Cirugeda en la lidia del cuarto novillo, el otro de Raso del Portillo. Otras dos orejas en el esportón del novillero de Algeciras, pero formado en la escuela taurina de Navas del Rey, y un trasteo que alcanzó grandes cotas al natural y, sobre todo, en un cierre por ayudados por bajo.

FOTO: Pablo Barroso

Plaza de toros de Villalpando. Media plaza.

Dos novillos de Raso del Portillo (1º y 4º) y dos de ‘Los Lastrones’, bien presentados y complicados en conjunto. Los mejores, por nobleza y recorrido, fueron los de Raso del Portillo.

Fabio Jiménez: saludos y silencio.

Pepe Luis Cirugeda: cuatro orejas.

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