Salud

Una pionera investigación riojana descubre el uso de moléculas de frío como fármaco

Alfredo Martínez y Rafael Peláez. FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Ana Lumbreras.- Científicos del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) han estudiado el efecto del uso de las llamadas moléculas miméticas del frío en un modelo animal y han constatado que es similar al producido por la hipotermia cuando se aplica en determinadas enfermedades, como las oculares, los ictus y los infartos de corazón.

El investigador principal de la Unidad de Angiogénesis del CIBIR, Alfredo Martínez; y el investigador posdoctoral en el Grupo de Biomarcadores y Señalización Molecular de este centro, Rafael Peláez, han explicado a EFE el resultado de este estudio, en el que también participa Manuel Rey, profesor e investigador del Grupo de Neuropatología Experimental de la Universidad de Buenos Aires (Argentina).

Los resultados de esta investigación, publicada recientemente en una revista científica internacional, “nos dan pie a pensar que estas moléculas pueden ser trasladadas a la clínica, una vez que se demuestre la falta de toxicidad y su aplicabilidad en seres humanos”, ha añadido Martínez.

Rafael Peláez y Alfredo Martínez. FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Estas moléculas forman una nueva familia de fármacos, dado que es la primera vez que se demuestra su utilidad y sus posibles aplicaciones en el ámbito sanitario.

Esta investigación está basada en un proyecto anterior financiado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, también desarrollado por estos investigadores en colaboración con la Universidad San Pablo CEU, para buscar nuevas formas de intentar limitar los daños que se pueden producir en la visión de las personas por diversos traumatismos, por ejemplo, los causados por las explosiones, como ocurre en las guerras.

Este estudio inicial, que data de 2017, permitió demostrar que la hipotermia terapéutica, es decir, bajar cinco grados la temperatura del ojo, era capaz de prevenir la muerte neuronal causada por traumatismos oculares en el nervio óptico.

Sin embargo, la aplicación de la hipotermia puede causar efectos indeseados en los pacientes, por lo que los investigadores diseñaron una serie de moléculas capaces de realizar la misma función que la hipotermia, pero a temperatura ambiente.

El investigador principal de la Unidad de Angiogénesis del CIBIR, Alfredo Martínez. FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Estas moléculas están protegidas por una patente de la Fundación Rioja Salud (de la que depende el CIBIR); la Universidad San Pablo CEU de Madrid y la Universidad de Buenos Aires.

En el estudio actual, utilizando moléculas miméticas del frío, se han obtenido resultados muy similares a los observados con la aplicación directa de frío, lo que indica la utilidad de estas moléculas. “El análisis de los resultados nos indican que hay un paralelismo total entre proporcionar esas moléculas, que hemos llamado miméticos de la hipotermia, y la hipotermia propiamente dicha”, ha precisado Martínez.

“Esto tiene -ha insistido- una gran importancia porque estos miméticos de la hipotermia podrían tener aplicación en cualquier enfermedad en la que se aplica actualmente la hipotermia terapéutica, no solo en casos oculares”, como los ictus, los infartos de corazón y la asfixia perinatal de niños al nacer, por ejemplo.

Las nuevas moléculas funcionan

Los investigadores han dañado el nervio óptico mediante un pinzamiento, lo que provoca la muerte de las neuronas de la retina y una pérdida de visión en los animales de laboratorio. Cuando se aplicó la hipotermia -una disminución de la temperatura del ojo a 32 grados-, se comprobó que ello era capaz de prevenir la muerte de las neuronas de la visión, al menos, en un 80 por ciento.

En el último estudio, en vez de proporcionar un descenso de la temperatura, se ha inyectado al animal los miméticos del frío y se ha constatado, ha asegurado Martínez, que los efectos son “totalmente paralelos y casi idénticos” que si se aplicara la hipotermia terapéutica, “es decir, estas moléculas funcionan”. Ha insistido en que es la primera vez que se aplican estas moléculas a un ser vivo.

El investigador posdoctoral en el Grupo de Biomarcadores y Señalización Molecular del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR), Rafael Peláez. FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Peláez se ha referido a que la cirugía realizada en el animal en el nervio óptico provocó un daño que generó la muerte de ciertas células de la retina, tras lo que se le aplicó el nuevo tratamiento, que ha permitido bloquear la muerte de esas células y recuperar la funcionalidad del ojo.

La investigación continúa, ha añadido, con nuevos estudios para aplicar esas moléculas a otros tipos de daños en el ojo, con el objetivo de tratar de recuperar, mantener o mejorar la situación de los pacientes, ha explicado este investigador.

Ha insistido en que este nuevo tratamiento también aporta otras ventajas, dado que la aplicación de la hipotermia terapéutica requiere una serie de aparatos complejos y caros, que muchos hospitales de áreas rurales y de países del tercer mundo no se pueden permitir.

Frente a ello, una simple inyección con una de estas moléculas podría ser mucho más fácil de aplicar en estas situaciones, han concluido Martínez y Peláez.

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