La Rioja

La Holika que madruga

Como en la Metamorfosis de Kafka, Calahorra se ha levantado este jueves con un cuerpo distinto al habitual. Terminado el cole, las mañanas de café en los bares de la localidad no son tan madrugadoras desde hace unos días, y esta primera jornada de Holika, sin embargo, para las ocho y media de la mañana ya había grupos disfrutando de los placeres de desayunar en una terracita cuando el sol aún no calienta demasiado.

Algunos habían pasado ya antes por ‘el jueves’ (tradicional mercadillo) para hacerse con algunos utensilios que se les había olvidado. Una toallita por aquí, una hamaca por allá. Otros enfilaban el camino hacia alguno de los supermercados de la ciudad (“vamos a comprar agua y hielos para hoy”). Y los menos, iban oteando la ciudad para encontrar lugares de referencia (“a ver si vamos controlando algún sitio para poder comer estos días”). Algunos más a ver si podían recargar la batería del móvil en alguno de los establecimientos calagurritanos.

La noche había sido larga para la mayoría. Muchos se habían tirado horas en las filas para poder acceder al camping. Nadie esperaba que tantos chavales fuesen a llegar en la jornada del miércoles a la ciudad. Aunque todo estaba organizado para la recepción de una buena parte de ellos, la cantidad de jóvenes ha sobrepasado las expectativas previstas para el miércoles.

“Tenemos ya aquí al 93% de los chavales que van a llegar, esperábamos que la recepción fuese más escalonada entre miércoles y jueves”, ha explicado Mario Cornago a NueveCuatroUno. Algunos no pudieron acampar hasta pasadas las doce de la noche. Los primeros en hacerlo llevaban desde las siete de la mañana. Es lo que tiene los números que maneja Holika.

Y es que, algunos llegaron hasta el martes. “Se acercaron algunas cuadrillas de Asturias el martes por la tarde y obviamente les dejamos dormir en la acampada porque no los podíamos dejar tirados”.

Al menos dos golpes de calor sufrieron dos jóvenes del festival que tuvieron que ser trasladadas al hospital de Calahorra para ser atendidas a pesar de los esfuerzos de los trabajadores de Holika y Protección Civil de repartir agua entre todos los que se habían apostado en la plaza de la Catedral a recoger sus pulseras.

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