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Gol en Las Gaunas: ‘Carlos Lasheras, arquitecto de éxito’

“Sí, tengo claro quién va a ser el director deportivo”. “Sí, estoy contento con él”. “Sí, confío en él”. El pasado 4 de mayo -a casi un mes vista de que finalizara la temporada- Félix Revuelta, presidente de la UD Logroñés, daba, en Gol en Las Gaunas, las primeras pistas sobre quién iba ser el nuevo encargado de levantar a la UD Logroñés de la situación en la que se ha metido tras una temporada realmente mala. Un nombre y dos apellidos surgían tras estas tres frases que cerró de forma tajante: “Y no le voy a contar nada más”. Pero había dicho suficiente.

El nombre que surgió inmediatamente fue el de Carlos, al que le seguían dos posibles apellidos: Pouso o Lasheras. ¿La razón? Revuelta no conoce a mucha gente del mundillo del fútbol, y tampoco confía en extraños, y además nunca está contento con el trabajo de gente a la que nunca ha visto trabajar. A Pouso y Lasheras los conoce, sabe cómo trabajan, y siempre confía en las personas que una vez hicieron las cosas bien en este club.

Carlos Pouso o Carlos Lasheras. Esa era la cuestión, que se empezó a aclarar en cuanto uno de los implicados, Lasheras no podía confirmar su continuación en el Sestao a pesar de haber logrado un ascenso a Primera Federación con relativa facilidad tras haber creado un buen equipo en poco tiempo. Nueva demostración de la mano que tiene Carlos Lasheras para hacer equipos que logran los objetivos a final de temporada. Han sido semanas de espera, por momentos de tensa incertidumbre, hasta que la UD Logroñés, una vez concluida la temporada en Primera Federación y formada la nueva junta directiva, ha comenzado a presentar la hoja de ruta de una temporada, la que comenzará el próximo 1 de julio en la que se lleva trabajando desde hace unas cuantas semanas.

Carlos Lasheras y Juanjo Guerreros, sobre el césped de La Rosaleda.

Porque Félix Revuelta, el pasado 4 de mayo ya tenía claro que Carlos Lasheras iba a volver al club tras su salida inesperada cuando el equipo perdió el pie en el fútbol profesional. Aquella fue una temporada muy dura para todos, también para Lasheras, que acabó, como otros, exhausto. Paró para recomponerse personalmente. Y solo por un par de día su vuelta al club no se produjo el verano pasado. Firmó un martes por el Sestao, y Manu Franco salió hacia Bilbao para formar parte de una de las candidaturas que optaban a la presidencia del Athletic Club tres días más tarde, el jueves de esa misma semana. Así comenzó la historia de un descenso inesperado a Segunda Federación.

Carlos Lasheras regresa ahora cuando el club más lo necesita, con ofertas sin duda más interesantes a corto plazo (la del Sestao, sin ir más lejos, de una categoría superior, o la del Lugo, un recién descendido de Segunda División), pero sabiendo que la UD Logroñés cuenta con buena parte de los elementos que le hacen ser una entidad con un supuesto futuro prometedor por delante: estabilidad económica, un gran estadio como Las Ganas, una afición numerosa y mayoritaria, un club que ya ha demostrado que puede y sabe hacer las cosas bien, y una ciudad deportiva en la que desarrollar un buen trabajo profesional, no solo con el primer equipo, también con la cantera que puede dar sus frutos en unos cuantos años.

A medio y largo plazo, Carlos Laheras parece observar en el club de Logroño un proyecto lo suficientemente solvente para desarrollarse en plenitud, un profesional del fútbol, de la dirección deportiva que acumula éxitos suficientes como para darle mando en plaza, esta vez, sin excesivas interferencias más allá de las que provoca el carácter particular de Félix Revuelta en la gestión diaria de un club.

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