Gastronomía

La Cueva ya es La Tasquita

Sexta semana. Y en seis semanas La Tasquita corre de boca en boca. “¿Has probado las coquinas de La Tasquita?”. A buen seguro todavía no. La Tasquita ocupa el espacio en el que otrora se servían champiñones y sepias, conocido como La Cueva. Ahora el asunto ha cambiado, y la oferta ha aumentado, gracias a la presencia de unos nuevos responsables dispuestos a que esta pequeña tasca sea precisamente eso, La Tasquita, informal, todo rico, divertido…

Y la bienvenida está siendo muy positiva para la calle San Juan, que aumenta sus propuestas sin perder su esencia. El asunto en La Tasquita resulta sencillo que no quiere decir que lo sea. Pero en su interior se siente el disfrute de barra. Las conversaciones se cruzan, la gente se relaja, entre buenos vinos y algo rico que llevarse a la boca. Su especialidad son las coquinas, que difícilmente se pueden comer en otro local de Logroño. Las ponen en una sartén, rehogadas con buen aceite, ajo y guindilla. Como pipas para los que gusten de estos sabores sutiles acompañados de caldos de la tierra.

Pero hay mucho más. La oferta se adapta a los gustos, sin perder el norte con una carta demasiado amplia o una barra multipinchos que te sitúa más en la mediocridad que en la diferenciación de la gastronomía de barra. Atención al bocatita de pimientos entreverados con anchoa y boquerón. Apetitoso, sabroso, que abre las papilas gustativas, que exige un buen trago que vino, que entra directamente al lugar de los ‘matrimonios’ bien avenidos.

O el de orejita guisada. Que va con sus trozos visibles de panceta. Un muy buen guisote con su toque de pimentón adecuado, aunque no lo suficientemente picante. La casquería riojana se va afinando, se le ha reducido a las salsas la grasa para que sea todo más apetitoso sin perder esa sensación gelatinosa tan necesaria, pero por el camino se está perdiendo ese punto picante que siempre ha tenido la casquería en favor de llegar al gran público. Una lástima.

O el solomillo de cerdo con cebolla caramelizada y salsa de queso. Esto es un pincho -casi cena- para dos. Si hay hambre es el adecuado, el que permite hacer una base para luego no presentar excesiva ansiedad durante la ronda por la San Juan. De cuchillo y tenedor. En La Tasquita hay sitio para todos.

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