El candidato a la Alcaldía de Logroño del PR+España Vaciada (PR+EV), Rubén Antoñanzas, ha asegurado este miércoles que “la movilidad -en la ciudad- se ha planificado y gestionado muy mal, criminalizando al conductor y generando un rechazo a la bicicleta y a otros medios de transporte sostenible por los que hay que apostar”.
Antoñanzas, también concejal y miembro del Gobierno local (PSOE-UP-PR+), ha añadido que “la extensión de carriles bici se ha desarrollado adecuadamente, al margen de algún punto concreto que pueda ser revisado” y ha contado con el respaldo de modelo y económico de la Unión Europea.
“Ahora hay que fomentar su uso y hacerlo sin que se perciba como una agresión para los que necesitan el coche para situaciones concretas”, ha precisado. También ha defendido que, “antes de seguir interviniendo en el centro, hay que solucionar problemas como el acceso al campo de fútbol de Varea, a Yagüe desde avenida de Burgos y la necesidad de la pasarela de Los Lirios”.
“En pleno siglo XXI y después de gastar millones en reurbanizar calles, seguimos con barrios sin aceras, sin conexiones seguras”, ha precisado, al tiempo que propone llegar a acuerdos con los aparcamientos privados y el comercio local mientras se programan nuevos.
“Todos queremos una ciudad amable, tranquila…, pero esas medidas de pacificación y sostenibilidad deberían haber ido acompañadas por una política de aparcamientos porque el coche existe y es necesario dar una solución a los logroñeses que lo necesitan”, ha subrayado.
Cree que “ha sido un gran fallo y ahora, tanto PSOE como PP, lo pretenden solucionar con la construcción de nuevos aparcamientos subterráneos, solución que tardará dos años por lo menos”, según Antoñanzas, quien ha recordado que, en la actual legislatura, se han eliminado casi un millar de plazas de aparcamiento en superficie.
Ha considerado acertado plantear nuevas infraestructuras subterráneas en el entorno del Casco Antiguo, en Madre de Dios y en San Millán; y ha planteado recuperar la idea inicial de dotar a la Villanueva de un aparcamiento en altura para residentes.
Sin embargo, ha considerado más efectivo aprovechar las infraestructuras actuales, con independencia de que se deba planificar a medio y largo plazo.
Su propuesta se sustenta en las cerca de 2.000 plazas de aparcamiento subterráneo en rotación que existen en el centro y las 2.600 de zona azul y verde, que no están ocupadas en todo momento y pueden aprovecharse hasta que se construyan nuevos.
Esta oferta se complementaría con ampliar a media hora, en determinados ámbitos y por periodos concretos, los quince minutos de gratuidad de la zona azul.
