El Rioja

Las primeras heladas de abril dejan huella en el viñedo de Rioja Alta

Lloro en una vid helada en San Vicente de la Sonsierra. | Foto: José Ramón Peciña.

Día de reconocimientos ‘médicos’ a pie de viña. Los avisos de descensos térmicos por debajo de los cero grados durante esta pasada noche estaban hechos, así que el cielo raso que ha lucido durante la madrugada no ha hecho más que corroborar las hipótesis. En las cepas podadas con más antelación el hielo ha dejado más huella que en las más tardías, pero los daños, aunque todavía es pronto para cuantificar, no han sido drástico.

El récord de las zonas más heladoras de La Rioja tal vez se lo ha llevado Cihuri con esos -4,5 grados registrados, tal como ha publicado Pablo Orio, enólogo de Bodegas Muga, en sus perfiles de redes sociales. La parte buena de este fenómeno es que los hielos se han dado mayormente a últimas horas de la madrugada, por lo que el frío ha estado menos tiempo en la cepa hasta que ha amanecido.

Temperaturas mínimas recogidas en las Estaciones SIAR.

También ha helado al otro lado del río Ebro, en San Vicente de la Sonsierra, así como en Haro, Villaseca, Hormilla o San Asensio. Como siempre, el frío ha ido por zonas, pero se ha concentrado mayormente en las tierras de Rioja Alta. “En principio hay menos daño del que se podía esperar teniendo en cuenta que hemos estado a -4 grados, pero el pico de menor temperatura ha sido entre las 5:00 y las 6:00 horas”, apunta Alberto, de Bodegas Peciña en San Vicente.

La familia Eguíluz, de Cupani, hizo una poda tardía y no cree que el daño en sus parcelas sea severo, “pero aún con ello ya había viñas con brotes, así que aunque no hay daño irreversible que seque completamente, seguro que habrá cortes vegetativos que dejen afectadas la planta”.

En la zona de Villaseca Berta Valgañón tenía miedo de llegar a sus viñas y echarse las manos a la cabeza, pero la realidad ha sido más benigna. “Hay un poco de todo, porque las que están todavía con el pelo no ha llegado a helarse, así que no creo que sea grave. Ahora toca recorrerlas bien y ver el daño real porque también ha habido corrientes de aire que han dejado a unas cepas más tocadas que otras”, señala desde su finca La Hontanilla.

Perales con aspersores antihielo, en Hormilla.

Y entre Hormilla y Azofra el escenario ha vuelto a repetirse un año después en los frutales de Pedro Mari. Ha pasado toda la noche en vela junto a su hermano poniendo atención a cada centígrado que pudiera variar el termómetro para poner en marcha o no sus aspersores antihielo. Y como era de esperar, han sido necesarios. “Los termómetros han bajado en algún momento hasta los cinco grados bajo cero, y ya con -1,5 pueden hacer daño, así que los hemos tenido tenido todo el rato funcionando para proteger las flores”. A las viñas aún no les ha dado tiempo a llegar, pero estima que el daño será mucho menor y “tal vez no llegue ni al 30 por ciento”.

Perales con aspersores antihielo, en Hormilla.

Más suerte han tenido por la zona más oriental de la región. “Aquí, afortunadamente, no nos ha hecho daño el frío. Primero, porque la brotación está más retrasada en la zona del monte, y segundo porque la temperatura no ha bajado tanto”, sentencia David Bastida desde Tudelilla. Tampoco les han pillado los hielos a los de Aldeanueva, que se han quedado en los dos grados, aunque en Quel temen que las temperaturas bajo cero sí hayan podido dañar algunas viñas de la zona más próxima al valle, librándose en cambio las de la parte alta.

Quedan por delante días de análisis para decidir si merece la pena dar parte al seguro o no, pero lo que más preocupa ahora es que abril acaba de empezar y este tipo de fenómenos es muy probable que se sucedan en más ocasiones.

Subir