La Rioja

Los riojanos siguen confiando en el oro como el mejor valor ‘refugio’

Los riojanos siguen confiando en el oro como el mejor valor ‘refugio’

El timbre anuncia la llegada. Una vez dentro, cristales blindados, cajas fuertes, alarmas,… mucha discreción, seguridad y una pregunta recurrente: ‘¿A cuánto está el oro?’. Una cuestión que, como explica Bruno Fernández, director regional de Oro Caja en el Norte de España y Portugal, no tiene una respuesta exacta, ya que depende de varios factores. “Si me preguntas hoy, te puedo decir que la cotización está a 54 euros el gramo, pero eso importa en los mercados, no a una persona que viene a vender sus joyas”.

Lo llaman ‘valor refugio’, y es que el oro es un activo que funciona contra-ciclo, es decir, “si estamos en un momento de recesión económica, sube, y cuando estamos en un buen momento de actividad económica, baja levemente o se mantiene”, detalla Fernández. Aún con todo, “este movimiento continuo del metal hace que a la larga siempre suba. Hoy está más caro que hace diez años, y hace diez años estaba más caro que hace veinte. Lo mismo pasará dentro de unos años”, explica Juan José Sáenz, propietario del negocio de compra venta de joyas El Muro.

Tanto Fernández como Sáenz coinciden en que, por mucho que se hable, en sus locales la guerra de Ucrania no está afectando en el negocio. “El conflicto influye en que suba la cotización del oro, sí, pero a la gente de a pie la guerra no le afecta para vender su oro, le afecta el aumento del ticket en su cesta de la compra”.

Lo mismo pasó en 2008 cuando, con la crisis económica, explotó la venta de oro de tal forma que “el crecimiento de negocios de este tipo en Logroño fue increíble. Hasta el punto que la ciudad llegó a contar con 38 tiendas. Ahora, rondaremos las diez”, señala Juan José. Y es que “muchas personas pensaron que esto era el maná, y luego se dieron cuenta de que esto es un negocio para vivir, no para hacerse rico”.

Misma opinión la de Fernández, que apuntilla que “actualmente, abrir un negocio así conlleva una inversión muy grande. A nivel de seguridad, los locales de compro oro están equiparados como un banco”.

Los clientes

Fernández aclara que cuando pensamos en la venta de oro, nuestra cabeza siempre tiende hacia un perfil de persona que tiene problemas económicos, “y por supuesto que hay un porcentaje que es así, el menor, pero la gente no solo vende por necesidad, sino porque es una herencia, un regalo que ya no quiere, o simplemente porque quieren deshacerse de esa joya para comprarse una nueva”.

El timbre del El Muro no deja de sonar. Juan José deja la lupa en la mesa junto con dos pulseras y se dirige hacia la puerta. Al fondo se escucha la voz de una mujer. “Buenos días. Tenía este anillo y quería saber cuánto me daría por él. Además, estas dos monedas, que, la verdad, no sé si tendrán algún valor”.

Y aquí comienza el proceso que, por cierto, en cada local de este tipo difiere en algunos aspectos. “Primero me aseguro de que sea oro, lo peso y, según a cómo esté el gramo, le doy al cliente un precio. Si las oferta les convence y van a hacer la transacción, me dan el DNI, rellenamos un papel, se lo pago y se van tan contentos”, cuenta Sáenz. Tras el intercambio, camino a la refinería para su fundición, no sin antes guardar la joya durante quince días por si hay alguna reclamación de la policía.

Sin embargo, en la franquicia de Oro Caja, algunos pasos se adelantan y otros no hacen falta. “En nuestros establecimientos, lo primero es identificarse con una documentación en vigor, no esperamos a que haya una venta. De esta forma agilizamos la trazabilidad para hacer un seguimiento de piezas robadas”.

A partir de aquí, comienza el examen al metal para verificar que sea oro y si lo es, toca averiguar la pureza que tiene. “En función de las cotizaciones de ese día y de la necesidad de negocio de cada empresa, se dicta un precio”. En Oro Caja, además de fundir ellos mismos el oro, si la pieza está en buen estado la limpian, preparan y la vuelven a sacar a la venta. “En estos casos, pagamos al cliente algo más”. Y es que en esta franquicia, se puede, tanto comprar como vender joyas nuevas o de segunda mano.

Porque, además, teniendo en cuenta que hablamos de un mercado libre, el del oro, el precio que un cliente obtiene en cada tienda es diferente. “Cada uno tiene sus márgenes, sus fundiciones, su operativa…”, señala Fernández.

Así que, para la pregunta ¿es buen momento para vender oro? la respuesta siempre va a ser “dependiendo de tus necesidades. Hay un refrán en economía que dice que el dinero es muy miedoso. Lo que está claro es que siempre que hay inestabilidad en el mercado, el dinero se refugia en el oro”.

Subir